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Universidad de La Habana flexibiliza normas de asistencia ante crisis de combustible

Fecha de lanzamiento: 26 de abril de 2023

La Universidad de La Habana flexibilizó drásticamente sus normas de asistencia, a fin de no verse obligada a volver al sistema no presencial, como han hecho sus homólogas de varias provincias en la Isla.

“El próximo lunes, 24 de abril, después de la semana prevista de receso docente, reiniciarán las actividades académicas presenciales en la Universidad de La Habana. La dirección institucional, en correspondencia con la situación actual con respecto al combustible, tomará las medidas pertinentes para asegurar el desarrollo del proceso docente con la flexibilidad necesaria”, posteó la casa de altos estudios en su perfil de Facebook, aun cuando no hizo públicas las disposiciones.

Sin embargo, en el canal de Telegram de la Federación Estidiantil Universitaria (FEU) de la institución quedaron recogidas algunas de las especificaciones de cara a esta compleja semana.

Según se explica, los profesores no deben contar como tardanzas o ausencias las faltas de alumnos residentes en otras provincias o en municipios alejados de la sede, para lo cual se puso a disposición de los maestros los registros docentes con teléfonos y direcciones de los estudiantes.

Asimismo, no deberán aplicarse controles parciales o finales. Además, se debe  garantizar el acceso a los contenidos de clase de manera online, así como la participación de los educandos en las actividades extraescolares que se planifiquen a lo largo de estos días.

No obstante, la Facultad de Derecho de las sede capitalina continuó con su cronograma de manera habitual. De acuerdo con un mensaje de su directiva al que tuvo acceso el Observatorio de Libertad Académica (OLA), no habría cambios debido a que tienen altos índices de estudiantes residentes.

“Será tratada de forma distinta la situación de las evaluaciones que acontecerán esta semana, las cuales se mantienen hasta el momento. El Consejo de Dirección tendrá una reunión para adoptar medidas más flexibles que permitan el correcto desenvolvimiento del cronograma evaluativo y también mantener un constante monitoreo de la situación actual”, orientó el  Secretariado de la FEU.

Varios de los jóvenes que ahí se forman manifestaron su descontento ante las nuevas medidas, pues los pone en franca desventaja educativa frente a aquellos que sí pueden tomar las clases de manera presencial.

“Considero que lo más oportuno no es ser flexibles, pues puede que dicha ausencia no afecte el por ciento mínimo de asistencia para poder presentarse a un examen, pero sí influye pues los días que un estudiante falte se dan contenidos y explicaciones que no recibirá por parte del profesor. La Habana posee la mayor cantidad de becados de provincia y puede que no solamente yo sea el afectado”, comentó un alumno de la institución, procedente de Villa Clara.

Con tales disposiciones, la Universidad de La Habana retrasa lo inevitable: cerrar sus puertas por la crisis de combustibles que afronta el país. Con un altísimo por ciento de estudiantes no residentes en la capital, la situación que propicia el centro podría ser contraproducente para miles de alumnos.

A fines de la semana pasada, varias universidades cubanas decidieron volver al régimen no presencial adoptado durante la pandemia. El cierre, contemplado hasta el próximo tres de mayo, responde a la escasez de combustible en la Isla. Sin embargo, las posibilidades reales de que este cese sea temporal son cada vez más remotas.

El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O, reconoció que la carencia no se solucionaría hasta entrado mayo, mas la estabilización no es sinónimo de grandes cantidades de diésel. “Esa  es la situación que vamos a tener en los días que quedan de abril y días de mayo. Vamos a seguir sacando combustible parcialmente, de una manera reducida para que no toque cero el suministro y se puedan garantizar los servicios vitales", explicó a Canal Caribe.

Por su parte, el gobernante Miguel Díaz-Canel culpó a los productores de carburantes de no cumplir los compromisos de entrega, motivo por el cual el gobierno se veía obligado a reducir hasta niveles drásticos el consumo.

"Esto no tiene que ver con ineficiencias del país, ni con problemáticas de nuestras instituciones energéticas, tiene que ver con incumplimientos que se han producido por razones también muy objetivas que tienen los países que nos suministran la gasolina", recalcó.

Aunque la empresa estatal Cuba Petróleo (CUPET) ha negado que se esté exportando combustibles en medio del desabastecimiento, el régimen no logra convencer a los cubanos. El economista Pedro Monreal negó en su perfil de Twitter que hubiera un retraso en las entregas al país, dado el aumento de las exportaciones de petróleo por parte de Rusia y Venezuela.

Según su explicación, ambas naciones han cumplido satisfactoriamente con los compromisos de exportación hacia otros países. “Tratando de entender 'el incumplimiento por razones muy objetivas' de suministradores de combustibles a Cuba aparecen datos positivos recientes sobre las exportaciones globales rusas y venezolanas”, declaró.

Por su parte, el también economista Elías Amor achacó los problemas de abasto de combustibles a los continuos impagos de Cuba a sus proveedores. “La falta de combustible y los suministros inestables son consecuencia de los comportamientos del régimen cubano, y, sobre todo, de sus políticas de impago de deudas (…) Para poder comprar petróleo en los mercados mundiales, a los precios internacionales, se tiene que estar al corriente en las deudas y poseer una data normal de pagos. Ninguna de estas condiciones se cumple por la Isla”, detalló en su artículo «Se acabó el combustible, ¿y ahora qué hacemos?».

Pese a que el discurso oficial sostiene que podrá estabilizarse la demanda para el consumo nacional, las autoridades cubanas se han visto compulsadas a tomar drásticas medidas en cuanto a la distribución de combustibles, entre las que se cuenta la suspensión del desfile del 1ro de mayo o la prohibición de venta a particulares en algunas provincias.

Mientras los gobernantes cubanos ansían la normalización, ponen en riesgo el desarrollo del proceso lectivo en varios niveles de enseñanza. En medio de este panorama, la Universidad de La Habana ha decidido continuar con su agenda, imponiendo el ineficiente régimen no presencial a los alumnos que no puedan trasladarse hasta la capital.

Con esta medida, establece una marcada diferencia académica entre sus estudiantes. Así, el Observatorio de Libertad Académica denuncia esta situación y conmina a las autoridades del Ministerio de Educación Superior a establecer medidas que resulten efectivas para la totalidad del alumnado, garantizando así el acceso equitativo al conocimiento.

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