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IPVCE José Maceo: entre el encargo social y la desidia gubernamental

Fecha de lanzamiento: 29 de enero de 2025

Próximo a cumplir sus 44 años de fundado, el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas José Maceo se enorgullece de sus estándares académicos. Su condición como centro docente de referencia en Guantánamo, contrasta con el deterioro constructivo de las instalaciones que albergan también a los estudiantes de pedagogía en la provincia.

Escogido en varias ocasiones como sede de olimpiadas nacionales de conocimiento, los alumnos del plantel guantanamero han merecido importantes títulos internacionales, entre ellos la Mención Honorífica en la Olimpiada Centroamericana de Física. Sus estructuras, edificadas a partir del sistema de prefabricación, acogieron a la Escuela de Instructores de Arte en la década de 2010. Actualmente, comparten espacio con Escuela Pedagógica José Maceo.

Además, se ha difundido ampliamente el apoyo de los estudiantes a la comunidad. En este sentido destacan la inauguración en 2022 de una casita infantil para madres trabajadoras y el Proyecto Andando, que declara el objetivo de acercar la educación de calidad a las áreas de difícil acceso en la provincia.

No obstante, la institución educativa ha enfrentado serios desafíos en cuanto a sus condiciones constructivas. Como otros centros de este tipo en el país, los resultados docentes no lo eximen de convivir con la negligencia gubernamental, lo que grava tanto en el ambiente de aprendizaje como en cuanto a la seguridad física de sus moradores.

Las imágenes de la institución que circulan en redes sociales dejan ver evidentes signos de desgaste en aulas y laboratorios, detectándose grietas, humedad y mobiliario insuficiente.

Instalaciones hidráulicas obsoletas y estructuras agrietadas pueden advertirse al interior de las aulas, además de áreas comunes. (Foto tomada del perfil de Facebook del IPVCE José Maceo)

Asimismo, este observatorio tuvo acceso a instantáneas que retratan la realidad de las áreas comunes, donde la naturaleza se ha impuesto en graderías y áreas deportivas, y las cercas son un vestigio de los que fue el perímetro de seguridad y contención.

Desde su fundación, en 1981, el espacio docente no ha sido reparado. Muy por el contrario, las áreas en peor estado han sido abandonadas. (Foto de cortesía)

Tristemente, este no es el único complejo educacional que sufre la indiferencia del Estado cubano. Recientemente, trascendieron en redes sociales las pésimas condiciones de la Filial Pedagógica Camila Henríquez Ureña, ubicada en el municipio de Caimito, en la provincia de Artemisa.

"Cuánta tristeza de lo que fuiste, el que estudió aquí debe tener muy buenos recuerdos de este lugar. Muchos profesionales de los buenos de verdad salieron de esta escuela y de otras como esta”, escribió el usuario Diosvani Orta en su perfil de Facebook, acompañando sus palabras con imágenes actuales del lugar.

La nostalgia invadió a internautas y antiguos alumnos de la institución que aportara cientos de educadores destinados a la antigua provincia La Habana, y donde se formaron las primeras brigadas del Contingente Pedagógico Manuel Ascunce Domenech.

“Esa es la triste realidad y lo que muchos no saben es la inmensa cantidad de libros, cuadernos, etc que se perdieron o mejor dicho lo dejaron perder libros muy valiosos es la dura realidad”, comentó una usuaria que radica en la zona.

“No no no, esa no puede ser la Filial de Pueblo Nuevo. Hasta donde llega la falta de atención para con el pueblo. Según ellos todo es del pueblo, pero lo que hay es que lo del pueblo queda desamparado y solo se mantienen algunos hoteles y las casas de los pinchos. Que dolor das Cuba”, refirió otro exalumno.

En lugar de esa escuela, que otrora se caracterizara por amplios y cuidados jardines, persiste un mero bloque de concreto descolorido, sin ventanas y con la yerba muy crecida.

La Filial Pedagógica Camila Henríquez Ureña fue referente en la formación de profesionales de la docencia en Artemisa. En 2011, el nuevo Programa de Lineamientos del Partido Comunista de Cuba abolió las escuelas en el campo, convirtiendo la institución en un penal, para su posterior abandono definitivo. (Foto tomada del perfil de Diosvani Orta)

La problemática se agrava en las provincias orientales. En 2022, las autoridades del territorio no tuvieron otro remedio que demoler con carácter urgente la sede del IPVCE Antonio Maceo, de Santiago de Cuba. Esto, después del colapso de la estructura que costó la vida a dos personas.

Según reportó el periodista Cuscó Tarradel, "el fatídico suceso ocurrió como consecuencia de actos vandálicos en las ruinas de la añeja institución, lo cual provocó el desplome mortal de una edificación sobre Yordenis Nieves, de 32 años de edad, y las heridas sin peligro para la vida de otro joven, trasladado al Hospital General Clínico Quirúrgico Juan Bruno Zayas".

En esa ocasión, el comunicador intentó deslindar de la responsabilidad al gobierno provincial, que tenía el deber de demoler la construcción desde que entró en desuso. Según testigos de la zona, el espacio en peligro de derrumbe no estaba siquiera señalizado.

La desidia estatal en relación con las instituciones educativas es un ejemplo fehaciente de la magnitud de la crisis que atraviesa el país. Recientes informes de la prensa independiente han resaltado problemas como filtraciones de agua, techos en mal estado y falta de mantenimiento. La situación se complejiza con la falta de materiales didácticos y equipamiento adecuado, lo que limita las oportunidades de aprendizaje práctico y repercute en la desmotivación de alumnos y maestros.

Ante estas realidades, las autoridades responden con evasivas, alegando escasez de recursos constructivos y dilapidando el poco dinero disponible acometiendo reparaciones menores, como la pintura de las áreas y el remiendo del mobiliario docente. Principalmente en la región oriental, el presupuesto ha priorizado el soporte a metodologías de adoctrinamiento mediante actividades efectuadas en los palacios y campamentos de pioneros.

En 2018, la Dirección Provincial de Educación de Guantánamo anunció la reparación de unas 200 escuelas en el territorio, no obstante, el IPVCE no fue uno de los centros beneficiados. "Esas acciones constructivas abarcan residencias estudiantiles, aulas, departamentos docentes, salones especializados y áreas exteriores, así­ como impermeabilización de cubiertas, cambios de carpinterí­a de madera por aluminio y de las redes hidráulicas y sanitarias", argumentó Radio Reloj.

Gracias al esfuerzo de profesores y alumnos se ha mantenido en pie al IPVCE guantanamero, por más de cuatro décadas. Según el presupuesto anual para el presente año, solamente se destinarán 71 309 millones de pesos cubanos al sector educativo. La ínfima cifra, deberá cubrir los gastos de matrícula total de 1 396 000 estudiantes en los niveles hasta la enseñanza media, incluyendo la especial; y los 220 500 estudiantes de educación superior.

El Observatorio de Libertad Académica llama la atención acerca del estado material del IPVCE José Maceo de Guantánamo, garante de la cantera profesional del territorio más oriental de Cuba. Consideramos que esta situación, sostenida en el tiempo, hace doblemente titánica la labor de los profesores, en su afán de formar a las nuevas generaciones; a la par que crea un ambiente de inseguridad entre estudiantes y padres, que puede contribuir al abandono escolar, flagelo cada vez más recurrente en el panorama educativo nacional.

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