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La OCLAE, dependencia operativa del aparato propagandístico cubano

Fecha de lanzamiento: 3 de diciembre de 2024

El pasado 25 de noviembre, se inauguró la segunda Escuela de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE). El encuentro estudiantil, organizado en el Memorial José Martí de La Habana, reunirá a representantes de más de diez países.

La presente edición, se centrará en la formación política de los participantes, así como en la comunicación, la unidad del movimiento estudiantil y la integración regional. Además, sesionará el Secretariado General de la organización, para proyectar la Agenda de lucha del Movimiento Estudiantil Latinoamericano para 2025.

De acuerdo con Miguel Ángel Machado Rojas, presidente de la OCLAE, esta edición “sesionará en varios lugares, siendo la Universidad del Partido Comunista de Cuba (PCC) “Ñico López” una de las sedes principales”, reseñó Prensa Latina.

De ahí que resaltara la presencia de directivos del PCC y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), así como de la titular de Educación Naima Ariatne Trujillo y el ministro de Educación Superior Walter Baluja García. Estos, como aval académico del cónclave.

Adicionalmente, la directiva de la organización reconoció a Fidel Castro como su principal ideólogo político, asegurando que aquel "entendía la necesidad de una lucha estudiantil unificada en toda Latinoamérica, y la importancia de una sociedad que priorice la educación y el bienestar de los niños".

La OCLAE atrae a jóvenes latinoamericanos simpatizantes de la doctrina izquierdista. A estos, se les ofrece información sesgada sobre la realidad cubana y se les adoctrina con el fin de convertirlos en líderes políticos de sus países de origen. (Foto tomada del perfil de Facebook de la OCLAE).

Desde su fundación, en el año 1966, la OCLAE ha tenido su sede en Cuba, lo que compromete enormemente su objetividad respecto a las luchas estudiantiles en el continente, ponderando su visión izquierdista y desestimando cualquier movimiento social al margen de esa tendencia.

Según sus estatutos fundacionales, la organización tiene como objetivos "luchar por la erradicación del analfabetismo, la asequibilidad de la enseñanza, el bienestar estudiantil y la igualdad con mayor cobertura a la educación; la defensa de la autonomía universitaria, la libertad y la pluralidad de la academia y la enseñanza pública y gratuita; promover y desarrollar la solidaridad efectiva de los estudiantes en su lucha contra el fascismo, el imperialismo, el colonialismo, el neocolonialismo, el hambre, la injusticia social y toda conducta o manifestación que lesione la dignidad humana".

Sin embargo, su lectura de estos flagelos en el caso de Cuba es tendenciosa, al enarbolar un discurso muy semejante al oficialista. De esta manera, se ha apegado a la visión victimista del Gobierno cubano, culpando al embargo norteamericano de la crisis sistémica que atraviesa el país y evitando pronunciarse ante los atropellos cometidos contra la comunidad estudiantil.

Todo ello simplemente sumaría a la estructura propagandística ramificada en la región por el aparato de Inteligencia cubano, pero acaso el escenario más peligroso para la libertad académica en Cuba es que, desde 1997, la OCLAE tiene estatus consultivo ante el Consejo Económico Social de Naciones Unidas, así como Categoría Operacional ante la UNESCO. Esto, la convierte en una suerte de entidad observadora, capaz de avalar mediante sus informes periódicos las buenas o malas prácticas gubernamentales.

Por demás, los nexos de la OCLAE se extienden hasta países con una actitud cuestionable en torno a las libertades académicas en el continente, siempre socios estratégicos de La Habana. Así, y en uno de los contextos más complejos de la sociedad venezolana, la organización celebró allí su XVIII Congreso, con Nicolás Maduro como invitado de honor.

Mientras venezuela atravesaba una de sus mayores crisis en materia de Derechos Humanos, la OCLAE celebró su XVIII Congreso en Caracas. (Foto tomada de Cubadebate).

En este, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) fue reafirmada como presidenta de la organización, categoría que ha ostentado con exclusividad desde la fundación de esta plataforma gremial latinoamericana. Presumiblemente, este sea el motivo por el que la agenda comunicacional sea una copia fiel de la priorizada por el gobierno de la Isla.

Así, la OCLAE soslaya sistemáticamente las irregularidades presentes en el sistema educativo cubano. Por demás, ha evitado pronunciarse respecto a la violencia académica ejercida por el Estado cubano, incumpliendo de esta manera con la función de velar por una educación inclusiva regida por la libertad de cátedra.

Hasta su informe número 43, el Observatorios de Libertad Académica cuantificó un total de 120 incidentes de vulneración de los derechos de docentes, estudiantes e investigadores al interior del sistema educativo cubano. En los casos documentados, la UJC y la FEU han fungido como garantes de la discriminación académica.

La Federación Estudiantil Universitaria (FEU) preside la OCLAE desde hace varios años. Paradójicamente, esta organización de masas ha promovido la violencia académica ejercida contra estudiantes cubanos. (Foto tomada del perfil de Facebook de la OCLAE)

Ambas instituciones ejercieron un papel decisivo en la expulsión de la estudiante Karla María Pérez González de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas, y en la posterior campaña de descrédito impulsada en su contra.

A espaldas de Pérez González, la directiva de la UJC en la casa de altos estudios organizó la proyección de un video en el que se desacreditaba a la organización disidente Somos +, de la que la joven era miembro.

En abril de ese mismo año, comenzó el proceso de su expulsión definitiva, el cual incluyó un juicio moral por parte de sus compañeros y de la dirección del centro estudiantil. Fue el presidente de la FEU a nivel de grupo el que propuso la medida contra la estudiante, además de acusarla falsamente de estar haciendo captaciones para Somos + y de ser miembro de la directiva de esa organización de la sociedad civil.

Durante tres horas, la alumna fue agredida psicológicamente mientras los dirigentes juveniles presentes manipulaban a sus compañeros para propiciar la expulsión. Con ocho, de catorce, miembros a favor, Karla María tuvo que abandonar la universidad por disposición de la FEU que, paradójicamente, debió representarla.

Esta no es la primera vez que la organización cubana aglutinadora de los estudiantes universitarios funge como ente represor al servicio del Estado cubano. En 2008, el estudiante de cuarto año de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) Eliécer Ávila cuestionó el funcionamiento del país y el rumbo que tomaba la sociedad ante el entonces presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón de Quesada.

En ese entonces, el presidente de la FEU se personó en la vivienda del alumno para hacerlo comparecer ante el medio oficialista Cubadebate, ante el cual debía rebatir sus anteriores declaraciones a fin de calmar a la opinión pública internacional.

Aun luego de ser entrevistado, la organización estudiantil protagonizó la campaña de descrédito contra Eliécer Ávila, víctima del linchamiento político de las directivas de la UJC y la FEU, que celebraron un total de seis reuniones para expulsarle. Al no poder concretar el número mínimo de votos para este propósito, se decidió vetar su liderazgo anterior.

Más cercanos en el tiempo son los sucesos relacionados con el estudiante Abel Lescay, uno de los más representativos de la misión de la FEU como organización parapolicial. El alumno de segundo año de la especialidad de Música de la Universidad de las Artes (ISA), fue violentamente detenido cuando participaba de las históricas protestas del 11 de julio de 2021 en su natal Bejucal.

Casi inmediatamente se articuló la solidaridad de colegas y desconocidos a su favor, a fin de demostrar ante la comunidad internacional la naturaleza injusta de su arresto y posterior condena. Como resultado, el Movimiento Free Lescay compartió una carta pública notificando la situación del alumno y conminando a firmar una petición para su excarcelación inmediata.

De acuerdo con los coordinadores del movimiento, los alumnos y profesores del ISA que consintieron en firmar fueron citados a análisis disciplinarios en la universidad, y les amenazaron con consecuencias más drásticas si insistían en rubricar o manifestar su apoyo al estudiante. La FEU de la institución formó parte de ese esquema de intimidación.

Debido al peso de la opinión pública en relación con su proceder, la FEU publicó un comunicado para desmarcarse de las agresiones, asegurando que había prestado respaldo al estudiante y su familia.

Empero, aprovechó la misiva para calificar de "contrarrevolucionarios" los esfuerzos de la sociedad civil, manifestando "su profundo rechazo a las campañas que en nombre de la comunidad universitaria pretenden desacreditar a la Revolución, en particular, las promovidas por medios de prensa y operadores políticos con la intención de manipular la transparencia de los juicios acontecidos a raíz de los sucesos del 11 de julio de 2021”.

De esta manera, se reconoció al ISA como una obra de la Revolución, cuyo colectivo "no dará espacio a los enemigos de la Revolución para que de forma impune orquesten sus campañas e intenten desestabilizar la grandeza de una obra que, a pesar de las carencias materiales y las limitaciones económicas que atraviesa el país, ha sido esencial para el campo cultural cubano y ha aportado a la sociedad prestigiosos profesionales del arte”, sostiene por último la declaración".

Este acercamiento preliminar a los funcionamientos de la OCLAE y la FEU sirve para entender que la primera acciona como brazo internacional de la segunda, que a su vez es mero apéndice del aparataje institucional destinado al control de las masas, en este caso las estudiantiles, por parte del Gobierno cubano.

Dada la sobrada y visible evidencia de la concatenación OCLAE-FEU-Gobierno Cubano, el Observatorios de Libertad Académica denuncia el desarrollo de la segunda Escuela de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes. Los asistentes serán imbuidos de manera sesgada y tendenciosa en la realidad cubana para luego, como organismo consultor en la Organización de Naciones Unidas, contribuir al sostenimiento de la falsa matriz de opinión que legitima los supuestos valores de la vida académica de los cubanos tergiversando la realidad ante la comunidad internacional, la cual termina estimulando la normalización de la ausencia de libertades académicas en el país.

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