La Escuela de Verano de la Universidad de La Habana: Un Plan Vacacional para exportar autocracia
Fecha de lanzamiento: 8 de julio de 2024
A partir del pasado primero de julio y hasta el próximo día 20, la Universidad de La Habana impartirá más de una decena de cursos como parte de su Escuela Internacional de Verano. La iniciativa, que cumple esta vez con su tercera edición, está auspiciada por la Fundación Universitaria de Innovación y Desarrollo de la UH.
Bajo el lema "Multicultural, Plurilingüe, Flexible e Innovadora", se les dará la bienvenida a unos 120 estudiantes de Gana, Canadá, Turquía, Japón, Rusia, China y Cuba, quienes "recibirán talleres, conferencias y seminarios impartidos por un avezado claustro de profesores y científicos de las distintas facultades y centros de investigaciones de la alta casa de estudios", destacó la UH en su perfil de Twitter.
De acuerdo con la convocatoria en redes sociales, los alumnos podrán asistir de manera presencial o virtual, y serán instruidos en temáticas como historia de las relaciones Cuba-Estados Unidos, retos de la economía cubana y su inserción en el mercado internacional, emprendimiento e innovación; además de temáticas relacionadas con el desarrollo económico y político de América Latina, entre otras.
A la par, se organizó una variada oferta cultural que incluye visitas guiadas a museos y por los predios de la universidad, así como viajes a importantes polos turísticos del país como Varadero y Viñales. Esto tendrá un costo de entre 150 y 480 USD para estudiantes extranjeros. Los cubanos deberán pagar entre 250 y 1250 CUP.
Se trata de un programa que conjuga intelecto y diversión, esquema organizativo de larga data en el sistema educativo cubano, posible mientras existió el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) y masificado en todos los niveles de enseñanza. Aquel Plan Vacacional, que antes incidía en la eficiencia laboral de las madres, fundamentalmente, y brindaba ofertas de entretenimiento gratuitas o de costo moderado, enseñó las habilidades que sirven para entretener a los incautos actuales, necesitados de sol y fantasía.
Según el diario Granma, este compendio histórico-cultural "es una excelente oportunidad para explorar y potenciar opciones de formación profesional o complementar la preparación académica de los ciudadanos interesados, porque le permite entrar en contacto directo con la cultura cubana de la mano de tan importante comunidad universitaria".
Si bien el oficialismo se refiere a la Escuela de Verano como una posibilidad de intercambio entre alumnos nacionales y foráneos, llama la atención una aparentemente sutil diferencia en el plan de estudios.
Los asistentes extranjeros tendrán acceso exclusivo al curso "Equidad, inclusión y acceso a la Educación Superior: Reto fundamental a la calidad de la Universidad Cubana", que será impartido entre los días 8 y 12 de julio.
De acuerdo a la descripción del mismo, Cuba no puede estar al margen del proceso de reestructuración de la Educación Superior, garantizando la accesibilidad de los estudios a todas las personas sin margen para la discriminación. "Es esencial promover una cultura de equidad en todos los aspectos de la vida universitaria para lograr un entorno dinámico y en constante evolución", sentencia el programa de curso.
Para nadie es un secreto que estas premisas están lejos de cumplirse en Cuba, muchísimo menos en la Universidad de La Habana. Hasta la publicación del informe 40 del Observatorio de Libertad Académica, el establecimiento insignia de la enseñanza superior cubana lidera el escalafón en cuanto a violaciones a las libertades docentes de alumnos y profesores, con más de 40 casos.
A la par, su rectora, la Dra. Miriam Nicado, es una importante represora de los derechos de estudiantes e investigadores a su cargo, con una carrera fraguada por la delación de colegas y la permisividad a la incursión del aparato parapolicial en el ambiente académico.
Cuando aún era rectora de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), Nicado denunció una conferencia del Dr. Omar Everleny en la que, según estimó, se cuestionaba el "liderazgo histórico de la revolución". Además, permitió el monitoreo ilegal de las conversaciones privadas del profesor Noel Medina, -posteriormente expulsado- y sacó violentamente al exestudiante Eliécer Ávila de los predios universitarios, no sin antes negarle el acceso a su certificación de calificaciones y organizar un acto de repudio en su contra.
Ya en la Universidad de La Habana, en 2019, la funcionaria docente consintió la separación del historiador Leonardo Manuel Fernández Otaño del programa de doctorado correspondiente a su especialidad.
Con un historial represivo de tal envergadura, cabe cuestionarse el "carácter inclusivo" del evento, organizado en un centro de estudios que acosa y penaliza el pensamiento diferente.
Por tal motivo, el Observatorio de Libertad Académica denuncia la organización de la Escuela Internacional de Verano de la Universidad de La Habana. La casa de altos estudios capitalina opera como un instrumento dependiente del poder político, anteponiendo funciones extraacadémicas a su legítimo cometido social.
La contradicción entre los hechos mencionados y la "apertura" que propone el programa, solo para estudiantes extranjeros, dejan el descubierto la verdadera intención de los cursos de verano: adoctrinar a los cursantes internacionales en una realidad paralela a la que realmente se vive en la Isla, en aras de sostener la imagen inmaculada que el estamento político ha defendido -y que se desmorona- ante la comunidad internacional. Por añadidura, convierte a los asistentes en embajadores de la "bonanza" del sistema educativo cubano y, por ende, de la estructura político-ideológica que lo propicia. Todo ello, aderezado con excursiones turísticas y clases de salsa.
Vale destacar que el programa del evento incluye la visita al Centro Fidel Castro, donde serán instruidos mediante charlas históricas con un marcado sesgo político, enalteciendo la figura del desaparecido "líder histórico de la revolución".
Durante décadas, los cubanos hemos compartido aula con becarios y convidados extranjeros, fundamentalmente provenientes de países y colectivos sociales con altas probabilidades de escalar a posiciones de influencia política. Esta metodología de diplomacia académica ha surtido efecto, el Estado cubano cuenta con adeptos que ocupan puestos decisores en gobiernos y organismos internacionales, los cuales inclinan favorablemente la balanza hacia sus antiguos “benefactores” con los que contraen deudas de gratitud concertadas en la adolescencia y primera juventud.
Ya Cuba no puede permitirse la masividad de matrícula, el comitente socialista desapareció. Sin embargo, las vacaciones académicas en el Caribe constituyen un atractivo irrenunciable para jóvenes de países en desarrollo o simplemente curiosos y ávidos de aventuras en un país “exótico”, en muchos de los cuales está plantada la simiente del discurso antioccidental y antinorteamericano.
Desde esta organización de la sociedad civil, instamos a la difusión de la citada estrategia y sus connotaciones, con el propósito de transparentar el nada subestimable alcance de la universidad cubana como agente de los servicios de Inteligencia del país. Estos últimos persiguen la desestabilización de las sociedades democráticas y la perpetuación del totalitarismo nacional.