Delegación cubana asiste a inauguración de Instituto de Inteligencia Artificial en China
Fecha de lanzamiento: 13 de octubre de 2023
Una delegación del Ministerio de Educación Superior (MES), encabezada Dr. C. Santiago Lajes Choy, rector de la Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte y Loynaz” y la Dra. C. Yailé Caballero Mota, de esa misma institución, asistirá a la inauguración del Instituto Internacional de Investigaciones en Inteligencia Artificial de la Universidad de Estudios Internacionales de Hebei, en la República Popular China.
El proyecto, en el que intervienen varias universidades cubanas, comenzará a funcionar el próximo 16 de octubre. Iniciado en el 2019, este “permitió la creación del Instituto para la enseñanza propiamente de la inteligencia artificial, en el cual, una vez inaugurado, participarán profesores cubanos que serán encabezados por Caballero Mota”, reseñó el diario oficialista Trabajadores.
“Gracias a esto, además del Instituto, se pactó para que en el centro educativo chino se impartiera el Programa Doctoral en Informática de la Universidad Central Marta Abreu y los de Maestría de Ciencias de la Computación, de ese centro villaclareño, y el de Informática Aplicada de la UC, así como otros programas de Español Literatura y la enseñanza del idioma español”, continuó diciendo el rotativo.
Además, dispone de seis residencias para el alojamiento de profesores y expertos, y de otras 35 para acoger a 32 mil estudiantes, aunque se prevé construir edificios con espacio para unos 40 mil más. Asimismo, existen varias bibliotecas, laboratorios y el hospital Amistad Cuba-China dentro de la instalación.
El pasado martes, la delegación cubana realizó un recorrido por las recién terminadas edificaciones. “También estuvimos en la sala de toma de decisiones para el sistema de gestión de la administración, los recursos humanos, la cooperación internacional, docencia; en los laboratorios de idiomas, Psicología, Ciencias Técnicas, Educación, Artesanía y Pintura. Entretanto conocimos de la apertura de una carrera sobre Drones y que es la primera Universidad de Hebei en tenerla”, explicó vía telefónica Caballero Mota.
Anteriormente, el Observatorio de Libertad Académica alertó del sinsentido que esta alianza significa. Recordemos que China ha sido una de las naciones que ha realizado un uso éticamente cuestionable de las nuevas tecnologías.
Aún cuando ahora, y de cara a la comunidad internacional, el país está dando pasos para garantizar la ética y transparencia en las investigaciones científicas, su actuar ha equidistado bastante de esta pretensión.
En 2021, la nación asiática dio a conocer las directrices para el control de la Inteligencia Artificial, con vistas a convertirse en líderes mundiales en la materia, incluso por encima de Estados Unidos.
“El enfoque tecnológico de China supone un férreo control sobre las herramientas digitales, las cuales van desde los videojuegos, pasando por las criptomonedas, hasta asuntos como la Inteligencia Artificial, en la cual quiere incidir a partir de directrices éticas nacionales, donde se detalla cómo se deben desarrollar los proyectos públicos y privados relacionados con esta tecnología”, asegura el diario mexicano Expansión.
Sin embargo, llama la atención que el Estado comunista chino se eleva como protector de los ciudadanos, controlando férreamente la interacción de las personas con la tecnología, y alegando que estos deben ser “controlables y confiables”, dados los peligros que supone la interacción de humanos e IA.
“China está optando por un modelo de mano dura, donde el Estado está pensando muy seriamente en las transformaciones sociales a largo plazo que traerá la IA, desde la alienación social hasta los riesgos existenciales, además de que está tratando de gestionar y guiar activamente esas transformaciones”, dijo al diario chino SCMP Rebecca Arcesati, analista del instituto de estudios Mercator Institute for China Studies.
Por su parte, la Organización de Naciones Unidas también se ha mostrado preocupada por el auge de la IA, sobre todo en el período de la pandemia por Covid -19. De ahí que, en noviembre de 2021 llegó al consenso sobre las directrices a adoptar en esta materia.
“Se trata de un instrumento ambicioso y amplio, producto de dos años de negociación y que comprende cuatro rubros: respeto, protección y promoción de los derechos humanos y las libertades fundamentales; la necesidad de garantizar la diversidad y la inclusión; el bienestar del ecosistema y el medio ambiente; así como vivir en sociedades pacíficas, justas e inclusivas, valores que se transforman en principios que hoy rigen todos los ámbitos de la IA”.
Preocupan entonces las pretensiones chinas de control sobre las tecnologías y la IA. Incluso después de haber promulgado una ley de ética y transparencia respecto a las investigaciones científicas, existe un precedente que dispara todas las alarmas negativas: el Gobierno chino logró ocultar y manipular el impacto real del Covid-19, provocando la muerte de millones de personas a nivel mundial.
De acuerdo a un reporte presentado en 2020 por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, China ocultó intencionalmente la envergadura de la pandemia mientras aumentaba sus importaciones y disminuía las exportaciones, preparándose así para las consecuencias sanitarias reales del fenómeno, que conocían de sobra.
Según la fuente, “China probablemente redujo sus exportaciones de suministros médicos antes de su notificación de enero a la OMS (Organización Mundial de la Salud) de que covid-19 se contagiaba".
La propia Organización Mundial de la Salud, no solo hizo varios llamamientos al Gobierno chino para compartir toda la información de que disponían respecto a la enfermedad. En marzo de este año, pidió de manera tácita que le fueran compartidos los resultados de estudios genéticos y moleculares realizados en la nación asiática.
“La información, procedente del Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de China y recabada desde el inicio de la pandemia, fue subida a una plataforma científica de acceso abierto, y descubierta por expertos europeos que la analizaron y comunicaron sus resultados a la OMS. Pero, posteriormente, todos esos datos fueron eliminados de la plataforma”, precisa el diario La Razón.
Los registros, que debieron ser divulgados en 2020, fueron cargados “en la base de datos de virus más grande del mundo”, el GISAID por científicos chinos pertenecientes al CDC, y fueron descubiertos por un biólogo francés que navegaba por dicho sitio. Sin embargo, los estudios dejaron de estar disponibles luego del revuelo causado por el descubrimiento.
A día de hoy, es conocido que los primeros científicos chinos en dar indicios sobre la existencia del virus, en 2019, sufrieron la persecución de las autoridades, sin que se conozca el paradero de varios de ellos. Además, las autoridades de esa nación manipularon los datos de fallecimientos y contagios, haciendo disminuir las cifras ante la comunidad internacional y logrando así justificar su reapertura, forzada por las protestas masivas de sus ciudadanos. Tampoco Cuba ha sido fiable en sus reportes estadísticos, los cuales contradicen los estimados de parte de la ciudadanía.
El Observatorio de Libertad Académica alerta nuevamente de los peligros que supone la alianza entre Cuba y China en materia de Inteligencia Artificial. El Gobierno chino ha demostrado no ser transparente ni cumplir los compromisos de colaboración internacional establecidos para momentos cruciales, como fue la pandemia.
Además, los científicos cubanos con su participación, pudieran estar colaborando en la creación de mecanismos de control más férreos que atenten contra las libertades de los ciudadanos chinos, totalmente extrapolables a la realidad de la Isla. Los descubrimientos conseguirían contribuir a la vigilancia estatal de los ciudadanos en ambos países, lo cual ha sido declarado como ilegal por la ONU ya que vulnera el sistema de derechos articulados por ese organismo global.