La renuncia del personal médico y el peligro para la academia médica cubana
Fecha de lanzamiento: 12 de agosto de 2023
De acuerdo con el Anuario Estadístico de Salud y Asistencia Social 2022, más de 12 mil médicos cubanos han abandonado su profesión con respecto al año 2021. La alarmante cifra de deserción se hace extensible a estomatólogos, enfermeros, técnicos superiores, medios y básicos, tecnólogos y "otros licenciados de la salud", para un total de 31,308 bajas en el sector sanitario.
Aunque las autoridades cubanas no se han manifestado respecto a las causas de la estampida de especialistas de la salud, podemos atribuir el fenómeno, en buena medida, a la migración desatada en Cuba entre 2021 y 2022. No obstante, esta no sería la única razón.
Con el inicio de la pandemia, quedaron en evidencia los múltiples problemas en el sistema de salud de la Isla. Escasez de insumos y medicamentos a nivel hospitalario, incluido el oxígeno; la exportación de servicios médicos en plena crisis, además de la inexistencia del equipamiento básico, se tradujeron en fallecimientos. Los profesionales cubrían extenuantes períodos de trabajo, mas no podían curar.
Ante tal situación, la oficialidad llegó a achacarles la debacle. En agosto de 2021, el primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz culpó públicamente al personal sanitario del descontento de la población.
En una reunión con dirigentes locales en la provincia de Cienfuegos, declaró: “Esta provincia está igualita que las demás con la falta de test de antígenos, la falta de medicamentos, los mismos problemas objetivos. Pero hay más quejas de los problemas subjetivos que de los problemas objetivos. Cuando usted suma la falta de medicinas, esto, lo otro, es inferior que la cantidad de quejas y denuncias por el maltrato, la dejadez, porque no los visitan. Es increíble eso".
A dos años de ese momento crítico para la sanidad, el país sigue enfrentando un problema grave en este ramo, un breve recorrido por las redes sociales -que han devenido en el muro de los lamentos para la población- permite corroborarlo.
Hace apenas unas horas, el periodista independiente José Luis Tan Estrada, criticó la escasez de insumos y medicamentos en el país. “Ante tanta escasez, principalmente, en el sector de la Salud Pública en #Cuba, las personas desesperadas, acuden al mercado negro para obtener lo que debería existir en las instituciones médicas estatales Para nadie es un secreto que, en este mundo paralelo de "Revolico", muchos de los insumos con "destino" a los hospitales aparecen "sorpresivamente" por estos lares a un precio elevadísimo y no donde tienen que estar.”, escribió en su perfil de Facebook.
Algunos días antes, Tan se había pronunciado sobre la insalubridad en la sala de cuidados a menores de un año en el hospital pediátrico Manuel Fajardo de esa provincia. Baños llenos de excremento, con tupición y papeles sucios desbordando los cestos eran algunos de los problemas fácilmente identificables en las imágenes que acompañaron su denuncia.
Lejos de buscar soluciones para tan deficientes condiciones higiénicas, el alto mando del centro realizó un recorrido por la sala durante el cual intentó amedrentar a las madres para, mediante la coerción, identificar a la responsable de las fotografías.
“Directivos del Hospital, de Salud Pública en la provincia y funcionarios, los primeros que tienen que presionarse son ustedes mismos, por su incapacidad de dirigir una provincia, y permitir que un simple baño, pueda convertirse en un foco de infección para los niños por su pésima higiene”, los emplazó el periodista.
En medio de tal caos higiénico-sanitario, varios galenos han decidido alejarse de su profesión. La doctora Alina Arcos Fernández-Brito, ha sido una de las que, enamoradas de su trabajo, busca reinventarse lejos de su bata blanca, pues ya no puede “aliviar” a sus pacientes.
“Ya no quiero (más) ser médico. Ya no puedo curar ni aliviar, porque no cuento con los recursos para hacerlo. Ni siquiera reconfortar y acompañar en el dolor y la enfermedad, porque yo misma estoy llena de tristeza y desesperanza. Y uno no puede ofrecer lo que no tiene.”, escribió en sus redes sociales.
La especialista, que se desempeñaba también como profesora en el Hospital Universitario Calixto García de la capital, se negó a seguir trabajando en tan inapropiadas condiciones. “No importa que siga asistiendo al hospital o atendiendo enfermos. No es así como debería hacerse. Es como violar algo sagrado.”
Su decisión ha sido apoyada y lamentada por amigos y colegas de profesión, quienes reconocen que, amén de las largas jornadas de trabajo y la escasez de insumos para llevarlo a cabo, la remuneración de tan titánica tarea no permite ni por asomo subsistir en este nuevo panorama de encarecimiento de la vida diaria, marcado por la inflación y la inefectividad de las medidas gubernamentales.
En junio pasado, el también doctor Juan Carlos Fuentes del Río renunció al que fuera su sueño de vida en busca de mejores oportunidades. “Doctor en Medicina, esa distinción que sólo muy pocos la pueden obtener. Llegar a ser Médico en Cuba es derramar una que otra lágrima al no poder ayudar a un enfermo, aun sabiendo su patología y no poderle resolver su situación”, detalla un reporte de CubitaNow.
Con respecto a las condiciones de trabajo, acotó: “Ojalá hubiesen los insumos necesarios para tratar el enfermo y salvar vidas, y no jugársela en una guardia médica”.
Es válido recordar que, además de cumplir con sus consultas y guardias de 24 horas, los especialistas en el área de salud que se desempeñen en hospitales universitarios, deberán instruir a los jóvenes médicos en la profesión.
En el estudio Formación del capital humano para la salud en Cuba, se reconoce que las facultades de medicina, estructuradas en departamentos docentes, “se anexan a instituciones de salud debidamente acreditadas —donde se desarrollan los procesos docentes— compuestas por 451 policlínicos, 10 782 consultorios del médico de la familia, 111 clínicas estomatológicas y 150 hospitales (generales, clínico-quirúrgicos, ginecoobstétricos y pediátricos)”.
Además, se explica la responsabilidad de los especialistas en la instrucción de las nuevas generaciones. “Mientras brinda atención de salud, el profesor contribuye a formar y superar a los educandos, y para ello aplica un pensamiento científico y crítico con el empleo de los métodos profesionales (clínico, epidemiológico, atención de enfermería y tecnológico, según el perfil de cada carrera). La educación en el trabajo, más que una forma de enseñanza, es el principio rector de la educación médica cubana”.
De esta manera queda evidenciado que la deserción en masa de profesionales de la salud no sólo influirá de manera negativa en la atención a los pacientes, sino que constituirá un desastre para la formación de nuevos médicos.
Semejante déficit tampoco será suplido a corto plazo, pues cada vez son más los alumnos de Medicina que abandonan la carrera a medio camino o, una vez graduados, renuncian a ejercer en favor de actividades más lucrativas.
Según el diario independiente 14ymedio, “En Artemisa, hay un caso dramático: más de 20 estudiantes de Medicina de un mismo curso abandonaron los estudios, todos juntos. "No es sólo por aprovechar la brecha de Nicaragua", explica a este diario Inés, la amiga de uno de estos desertores. "También porque cada vez es más fuerte el rumor de que serán regulados una vez terminada la carrera, y tienen miedo".
El medio de prensa pudo constatar esta situación en varias provincias del país, como Ciego de Ávila y La Habana. Entre las causas que motivan a los estudiantes están los bajos salarios, las precarias condiciones de trabajo y las experiencias negativas con los pacientes a los que no pueden aliviar de sus dolencias.
Frente a un panorama tan crítico, las autoridades cubanas no han dejado de exportar servicios médicos, alimentando así el deterioro de la sanidad en la Isla. El pasado mes de mayo, un centenar de médicos especialistas arribaron a México, para unirse al grupo de más de 600 galenos que hasta ese momento operaban en el país.
El objetivo real es duplicar esta cifra. El director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, anunció que el número de contratación inicial “se podrá ampliar casi al doble con 600 médicos y médicas más”.
Por si esto fuera poco, el régimen afila sus colmillos para retomar el programa Más Médicos, en Brasil. Con la vuelta de su aliado de izquierdas Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia del gigante sudamericano, se prevé enviar miles de médicos cubanos a ese país, como parte de los 15 mil que comenzarán a ejercer en territorio brasileño para finales del presente año.
Aunque las condiciones de los médicos que integran las “brigadas internacionalistas” cubanas continúan bajo investigación, la casta dictatorial hace caso omiso y continúa apostando por su negocio más lucrativo.
El diario francés Le Point en su artículo Los “esclavos” de toda la vida del internacionalismo médico cubano, recoge las experiencias de varios galenos, ubicados en distintas latitudes del mundo, y que desertaron de sus misiones.
Bajo nombres falsos que les permiten proteger la integridad de sus familiares en Cuba, “los tres médicos relatan cosas concordantes: haber sido llevados a lugares que no habían elegido, haber tenido que entregar sus pasaportes a un "supervisor", tener prohibido viajar en el país donde se encontraban, ser incitados a denunciar a sus compañeros si era necesario.”
La Organización no Gubernamental Prisoners Defenders (PD) denunció ante Naciones Unidas y la Corte Penal Internacional las inhumanas condiciones bajo las que se desarrollan los “acuerdos de colaboración médica” cubanos.
Entre las violaciones detectadas por la ONG, se encuentran las amplias jornadas de trabajo, la retención de entre el 75% y el 90% del salario devengado por los galenos, la imposibilidad de entrar al país durante 8 años para aquellos que decidan desertar, y la imposición de la ley cubana en territorio extranjero para los médicos, entre otras.
“Las condiciones legales y contractuales que viven los profesionales de la salud cubanos en el extranjero violan todas las normas internacionales del trabajo y someten a los profesionales a leyes que explícitamente ultrajan la condición humana hasta los límites medievales en cuanto a servidumbre, esclavitud y trata de seres humanos. Los contratos de Cuba con estos médicos sostienen, además, el sometimiento de los trabajadores a la Ley de Cuba en territorio de estos tres países, lo que dinamita toda la legislación internacional”, especifica.
Recientemente, Javier Larrondo, presidente de PD compareció en el programa Todo es mentira, de la cadena Mediaset España, donde denunció la horfandad forzada de más de cinco mil niños cubanos, cuyos padres desertaron de misiones médicas y sufren la prohibición de entrar a la Isla por 8 años. Actualmente y con la aprobación del nuevo Código Penal, estos podrían enfrentar prisión aun pasado este tiempo, por lo que la separación entre los menores y sus progenitores podría extenderse.
“Así que tenemos cinco mil niños huérfanos, que Naciones Unidas el año pasado, en el examen periódico de Cuba del Comité de los Derechos del Niño, que lo ha firmado Cuba, les dijeron que tenían que parar la separación forzosa familiar por ocho años de los trabajadores en el extranjero que van en esclavitud; y también Naciones Unidas en 2019 lo dijeron. El tema es muy grave, y estamos acostumbrados desgraciadamente en la Cuba actual”, declaró.
El Observatorio de Libertad Académica denuncia la deserción en masa de los médicos cubanos como un grave problema que repercute de manera negativa en el ámbito académico. Cómo tal, sostenemos que las autoridades educacionales deberían intervenir en el mismo, a fin de garantizar la óptima formación de nuevos profesionales de la salud en la Isla.
Asimismo, manifestamos nuestra preocupación ante el caso omiso que el Gobierno hace a este fenómeno, así como la ausencia de opciones reales que ayuden a contrarrestarlo. Enfocados en la búsqueda desesperada de capital, las autoridades venden los servicios de nuestros principales especialistas a otros países, poniendo en riesgo no solo la atención al pueblo, sino la continuidad de la formación académica, que garantice la reposición de personal sanitario debidamente preparado.
Dada la situación descrita, consideramos que el Ministerio de Salud Pública (MINSAP), en concordancia con el de Educación Superior (MES), vulneran sistemáticamente el #DerechoALaSalud, el cual “incluye el acceso oportuno, aceptable y asequible a servicios de atención de salud de calidad suficiente”. Comprometer el desarrollo profesional del personal sanitario cubano grava de forma crítica en la supervivencia de la población y desarticula la otrora prestigiosa escuela de medicina cubana, solidificada a partir de aportes significativos a la salud de la humanidad que datan de la propia definición de nuestro concepto de nación; vale la mención a paradigmas del compromiso ético y científico como los del galeno Carlos Juan Finlay y Barrés y el de enfermeras mambisas como la Comandante del Ejército Libertador Mercedes Sirvén Pérez-Puelles y las Capitanas Isabel Rubio Díaz y Adela Azcuy Labrador.