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¿Qué se esconde tras la anuencia de CLACSO hacia Cuba? II

Fecha de lanzamiento: 17 de julio de 2023

El 25 de abril pasado, tuvo lugar en Cuba en foro “Los desafíos contemporáneos frente a los cuidados. Dinámicas demográficas y políticas”, organizado por el Consejo Latinomericano de las Ciencias Sociales (CLACSO) y con sede en la Universidad de La Habana.

“Como parte de la Plataforma para el Diálogo Social Derechos, violencias e igualdad de género, que impulsa el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), el encuentro apostó por los cuidados en el curso de la vida, la equidad, la atención a las variables demográficas, interseccionalidad, desigualdades de género, bienestar, corresponsabilidad y cambio cultural”, reseñó el IPS sobre el evento.

Sin embargo, en un contexto como el cubano, estas premisas resultan dudosas para cualquier estudioso. En entrevista concedida al Observatorio de Libertad Académica, la doctora Alina Bárbara López Hernández zanjó la principal limitante para los cientistas sociales en el país. “Estamos ciegos”.

Con esta sentencia, hacía alusión a la imposibilidad para acceder a importantes estudios de la disciplina en la Isla, así como a cifras que soporten la producción fiable de conocimiento. En sus palabras, las encuestas se aplican, los estudios se hacen, más no quedan reseñados: se está produciendo saber para las altas esferas, como una especie de medidor de la situación, más los resultados obtenidos no tienen un impacto real -y necesario- en el pueblo cubano.

Cómo si esto fuera poco, las condiciones para el debate productivo respecto al cuidado de poblaciones vulnerables en Cuba no están creadas. La inflación, la escasez, la degradación social, el aumento de la mendicidad en las personas de la tercera edad, salarios que han tirado por tierra el estado de bienestar -cada vez más lejano- de la familia cubana, unido a la falta de políticas efectivas que reviertan la situación, son parámetros que no necesitan ser cuantificados para tenerse en cuenta. Los sufre el cubano día a día.

Para la académica Tereza Díaz Canals, “Cuba requiere de un cambio profundo para ocuparse verdaderamente de sus poblaciones vulnerables. Cuba debe ser libre, Cuba necesita ser decente. El gobierno autoriza los tremendos dolores de la Isla y los prosigue. La academia cubana no puede continuar obviando la realidad de estas personas necesitadas. Una de las maneras fundamentales del conocimiento, además de la inteligencia, es el sentimiento, es la sensibilidad. Ya lo advirtió hace años la gran filósofa María Zambrano. Y aquí, en la tierra cubana, sus intelectuales en tanto grupo social, necesitan de esa parte esencial para ser verdaderos y auténticos profesionales: el corazón”.

Entre los principales problemas que detecta, está la inexistencia de políticas gubernamentales que ataquen frontalmente los males sociales. “Estimo que el gobierno no está haciendo un esfuerzo real para garantizar los derechos de las mujeres y niñas y de ningún sector que no sea el de la élite en el poder.”

En el caso específico de la protección a las féminas, Marta Elena Feitó, ministra de Trabajo y Seguridad Social, aseguró que se crean “las bases para un futuro sistema integral de cuidados”.

Al respecto, explicó que se trata de un asunto “tan estratégico, trascendental y de alta sensibilidad, en particular para una sociedad como la nuestra, que a la par que envejece, promueve el trabajo digno e impulsa políticas sociales para el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres con equidad y justicia social”.

Sin embargo, el número de feminicidios registrados por los observatorios independientes suma más de cincuenta en lo que va de año y sin que las autoridades cubanas tomen medidas reales para prevenir este fenómeno, en claro y triste ascenso.

Aunque la ministra se empeñe en mostrar “los esfuerzos del Estado cubano” para revertir la situación, no podemos olvidar que, en 2019, cuarenta mujeres exigieron una ley integral contra la violencia de género ante la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Luego de criminalizar este acto, como lo dicta el totalitarismo más reacio de la dictadura, solo cinco de las firmantes fueron admitidas para representar al grupo, al que le fue vetada su propuesta. Casi cuatro años después, la situación empeora.

“No se habilitan refugios para mujeres y sus hijos en peligro. El colmo es que una joven llegó a una estación de policía para pedir auxilio pues su expareja la amenazaba, el hombre entró en el local con un machete y la mató delante del agente del orden. En más de sesenta años no se ha logrado capacitar con enfoque de género - como se requiere - a un cuerpo policiaco que es capaz de repartir golpes a las denominadas “Damas de Blanco” (...) Las niñas y niños no reciben en las escuelas una educación que transmita la cultura de paz, reciben violencia, vulgaridad y algo muy preocupante, adoctrinamiento. Educar no es adoctrinar. La educación del temor y la obediencia estorbará en los hijos la educación del cariño y del deber”, finalizó Canals.

En cuanto al cuidado de las personas de la tercera edad, el panorama es muchísimo más desalentador. De acuerdo con la socióloga Elaine Acosta, directora ejecutiva del Observatorio sobre Envejecimiento, Cuidados y Derechos (Cuido60), no se han creado los mecanismos para garantizar el amparo a personar mayores. Por el contrario, el Estado tiende a desentenderse de su responsabilidad de con este sector poblacional.

“Es preocúpante el retroceso del Estado en la participación de los cuidados, ya sea vía la asignación de recursos, en el sentido de que se han disminuido los presupuestos de manera sistemática a la asistencia y la protección social en general, pero también una disminución de su participación en la producción de programas y servicios de cuidado hacia las personas mayores, especialmente en relación con el aumento de la demanda que esta población tiene”, sostuvo para OLA.

Pese a la existencia de una comisión interministerial designada para atender la dinámica demográfica, “no se ha visto una intencionalidad clara de la política, que pueda atender con la celeridad, la profundidad, y con la agencia de los diferentes sectores de la sociedad, la crisis de los cuidados por la que está atravesando Cuba”, apuntó.

Por el contrario, el gobierno criminaliza los intentos de la sociedad civil por suplir sus vacíos de acción. “Otro de los grandes inconvenientes es las trabas que además existen a las diferentes organizaciones de la sociedad civil, incluida la iglesia, para que puedan proporcionar servicios e iniciativas de cuidado. Hay una situación crítica a nivel general en la cual no se ve una intencionalidad política clara, por más que se ha declarado en el último tiempo que se está diseñando un sistema integral”, finalizó Acosta.

En medio de tal debacle social, la pregunta es: ¿qué promueve CLACSO con su apoyo desmesurado? Pues valida a la autocracia más antigua de occidente, en tanto promueve los principios izquierdistas que sostienen la ideología de buena parte de los académicos que pertenecen a la red. Mientras tanto, crean una realidad falsa, basada en un conocimiento hueco y estéril que contribuye al sometimiento del pueblo cubano.

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