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Injerencia rusa en la educación cubana: la reedición de una política fallida

Fecha de lanzamiento: 13 de julio de 2023

El pasado 27 de junio, Vladimir Shkunov, miembro del Consejo de expertos del Gobierno de Rusia, anunció la próxima implementación de las clases televisivas  de idioma ruso. El proyecto, impulsado por el Instituto Estatal de la lengua rusa en colaboración con la Universidad de La Habana, constará de 24 lecciones por nivel académico.

“Junto con la Universidad de la Habana, se han desarrollado 12 escenarios de clases de ruso para el nivel básico y se planea filmarlos en septiembre con la participación de profesores rusos y estudiantes cubanos", detalló el funcionario en su perfil de Facebook. Además, dejó claro que la transmisión de la asignatura comenzaría a partir de noviembre próximo por la frecuencia del Canal Educativo.

Tal anuncio, se realiza en un marco de fortalecimiento de las relaciones entre Cuba y Rusia. Recientemente, la Universidad Federal del Sur de Rusia anunció la inauguración de una filial en territorio cubano, lo cual constituye un hecho sin precedentes en la historia del país.

Asimismo, el ministro de Educación Superior, Walter Baluja García, realizó una gira diplomática por la nación euroasiática, cerrando importantes acuerdos de cooperación en materia educativa.

“Con Rusia tenemos convenios para la formación en pregrado y posgrado, y conversamos para hacer más eficiente ese proceso de becas y mejorar las condiciones de vida de nuestros estudiantes allá. También destaca el interés de ellos por abrir cátedras del idioma español que se habla en Cuba y centros referidos a nuestra cultura nacional. En el próximo mes de septiembre será el encuentro de rectores, pues tenemos la intención de que los convenios sean entre universidades”, declaró al diario oficialista Juventud Rebelde.

Este nuevo repliegue hacia el lado ruso, que se estaba poniendo de manifiesto en materia económica, se extiende ahora al ámbito educacional y cultural. La política que institucionalizó el aprendizaje del idioma ruso en Cuba formó parte de la apropiación que impulsara Fidel Castro de la cultura soviética.

El profesor y traductor Antolín Bárcena Luis, licenciado en lengua y literatura rusas, explicó que, en los primeros años de la década de 1960, comenzó a impartirse el ruso en las escuelas de idiomas habaneras. Inicialmente, grupos de cerca de 200 estudiantes partieron a la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) para formarse como traductores y profesores de la lengua.

“Llegó a haber seis facultades preparatorias para estudiantes cubanos que viajarían a estudiar en la Unión Soviética”, destacó. Por añadidura, en 1977 quedó listo el Instituto Ruso, “lo que marcó el inicio de la época de mayor esplendor de la rusística en Cuba".

En el estudio sociolingüístico Rusismos en el español de Cuba, el filólogo Fernando Antonio Ruano Faxas presenta una cronología muy completa de la enseñanza de la lengua rusa en Cuba.

“En 1962 llegan a la URSS los primeros cubanos según el convenio inter­ gubernamental para estudios en los centros de enseñanza superior; la cantidad ascendía a 200 personas; en 1964 egresan los primeros 400 profesores de lengua rusa en Cuba; en 1974 se comienza a impartir ruso por radio y televisión. Estudian esta lengua más de 200 mil radioescuchas; ya en el curso 1980-1981 el total de cubanos que realizan estudios en la URSS, sólo en educación superior, asciende a 6 395; el comportamiento de publicaciones periódicas presentó un elevado índice de uso en lengua rusa y traducciones al español hasta 1989, fecha a partir de la cual se censuran en Cuba títulos como Novedades de Moscú, Sputnik y Tiempos Nuevos”.

Un hito importante en el camino allanado para la implantación del ruso como principal lengua extranjera en la Isla, fue la apertura de la escuela Secundaria Básica para Profesores de Idioma Ruso Máximo Gorki, en el reparto Flores de la capital. Fue en los primeros años de su “revolución”, que Fidel Castro decidió instaurar esta modalidad en formación de maestros, como paso previo a la masificación del idioma a todos los niveles de enseñanza.

“Necesitamos 2 300 graduados de octavo grado para ingresar como becados para profesores de idioma ruso… Preferentemente brigadistas. Seguirán estudiando naturalmente su secundaria, pero al mismo tiempo recibirán la enseñanza que los capacite como profesores del idioma ruso”, anunció.

Esta política, que debió replegar con la caída del campo socialista, implicó una importante pérdida de recursos económicos para el sector de la enseñanza, a la vez que direccionó a un gran número de cubanos a estudiar el idioma que, a fin de cuentas, no podría resolver todos los problemas que Castro previó.

Para el politólogo cubano Dimas Castellanos, la vuelta a una política de los años sesenta resulta más que contraproducente en los momentos que corren. “Sobre todo después del ingreso de Cuba al CAME, el ruso se impartía en secundarias y preuniversitarios como parte de la enseñanza y como consecuencia del marxismo leninismo, que sí era obligatorio desde la eliminación de la autonomía universitaria en 1962”, comentó en exclusiva para el Observatorio de Libertad Académica.

No obstante, no pasa por alto qué tal derroche de recursos no fue para nada fructífero, pues “nadie realmente aprendió ruso”. “Al hundirse la Unión Soviética, después de 39 años de presencia en Cuba, de la cultura rusa no quedó nada en Cuba. Eso permite asegurar que aunque se imparta ahora por televisión, incluso se hiciera obligatorio en la enseñanza, ese plan es un fracaso anunciado. Somos dos culturas demasiado diferentes”, culminó.

El Observatorio de Libertad Académica manifiesta su desacuerdo con este nuevo intento de rusificación con el cual el régimen pretende afianzar los lazos Cuba-Rusia, en aras de sostener su sistema político.

La enseñanza del idioma ruso, de forma masiva como pretende hacerse, constituye un duro golpe a la anhelada libertad de cátedra que debiera regir la educación cubana.

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