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Alina Bárbara López Hernández relata el hostigamiento que ha sufrido en los últimos días

Fecha de lanzamiento: 15 de junio de 2023

La académica Alina Bárbara López Hernández relató el hostigamiento que ha sufrido en las últimas 72 horas, luego de que manifestara su voluntad de marchar exigiendo la restitución de su libertad de movimiento. El pasado 13 de junio, la doctora se negó a aceptar la citación para una “entrevista” que le presentaran en su domicilio dos agentes  de las fuerzas represoras del régimen.

En consecuencia, fue arbitrariamente detenida y conducida a la estación de policía de La Playa, en Matanzas. “Interceptaron el motor en que viajaba a una actividad de mi trabajo. Una joven sargento me dijo que debía acompañarla, pregunté la razón y dijo que le habían ordenado llevarme y que ella cumplía órdenes. Le dije que yo no era militar y no cumplía ordenes sino la ley, y que ella debía explicarme. Indagué si estaba detenida y me dijo que no”, relata en una extensa publicación en su perfil de Facebook.

Ante la negativa de la profesora, acudió un mayor que le explicó que debía responder por una queja de “desobediencia” que pesaba sobre su persona. Así, López Hernández accedió a montar en la patrulla para ser conducida.

“La mayor parte de las más de doce horas que estuve detenida, las pasé sentada en una oficina con varias mujeres oficiales de la PNR. Fui amablemente tratada por ellas, me brindaron almuerzo y comida pero rehusé. Pedí que mi hija me trajera tabletas para el dolor de la ciatalgia y facilitaron eso. Las veces que quise ir al baño me llevaron”, continuó.

Durante las más de 12 horas que permaneció detenida, la intelectual fue sometida a tres interrogatorios. El primero de los intercambios fue con un Teniente Coronel de la Seguridad del Estado y una instructora de la misma entidad. Inicialmente, le explicaron que su “desobediencia” consistía en negarse a asistir a la “entrevista” para la que fue citada el día 13 de junio.

En la segunda parte, le dieron los argumentos por los cuales se le negaba asistir al evento anual organizado por la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana (ASCE), “pues esa organización era rara, no era académica pues no radicaba en una universidad y que seguro pretendían ‘seminariarme’”.

Posteriormente, los agentes intentaron “razonar” con la doctora, convenciéndola de que su manifestación pacífica era ilegal, pues necesitaba una autorización previa. Además, la acusaron de instigar a las personas a sumársele, cosa que no pudieron demostrar.

Cuando se dieron por concluidos los intentos de convencimiento, ambos pasaron a la amenaza directa. "Pues por eso vas a dormir aquí y serás instruida de cargos por desobediencia". Le dije que si había cama, por mí sin problemas, y que esperaba por la instrucción. Él manifestó que yo era una persona "difícil". En eso tuve que concordar, parece que para la Seguridad del Estado alguien que sepa defenderse y argumentar es difícil. Me resultó paradójico que insistiera en que no tenía miedo. "Pues somos dos en esa misma situación", respondí”.

Momentos después, Alina Bárbara fue instruida sobre los cargos que pesaban sobre ella. Se le tomó declaración y se le pidió firmar el documento. A consecuencia de que ella misma decidió representarse, tuvo acceso a su expediente “criminal”, en el que advirtió varias incongruencias.

Sobre su persona pesaban “una denuncia de víctima de maltrato hecha por la sargento que pretendió conducirme sin explicación. Esa denuncia no me fue leída en el proceso de instrucción. Ella afirma que intenté escapar varias veces y que hice resistencia física al arresto. Su testigo es el chofer de la PNR que manejaba el patrullero. Ambas afirmaciones son falsas. La denuncia indica correctamente la hora a la que fui detenida: 9 y 10 am; una orden de detención emitida contra mí a las 10 am debido a una denuncia por desobediencia y la denuncia contra mí por desobediencia realizada por la capitana y jefa de sector a las 10 y 21 am”

Los desfases en los horarios declarados para los hechos, despertó la indignación de la académica. “Le sugerí que se la llevara a todos los oficiales de SE que estaban reunidos como hormigas en una oficina y que habían montado sobre la marcha un caso para acusarme y atemorizarme. Se puso muy nervioso, recogió el expediente y me dijo que iba a consultar”.

Pasadas dos horas, el agente se presentó diciendo a la detenida que no podía representarse a sí misma y que se le había impuesto una medida cautelar de “reclusión domiciliaria”.   “Respondí que entre las quejas a Fiscalía estaría una denuncia contra él por haberme engañado en el proceso de instrucción y por tomar una declaración ilegal que viola mi derecho al debido proceso. Además, le planteé que no firmaría mi declaración porque, entre todas las violaciones, no se me dio a conocer los detalles de la denuncia por maltrato”.

A continuación, López Hernández exigió la comparecencia de un agente de la Seguridad del Estado. A este llamado, se presentó el mayor Antonio Rodríguez, quien es el encargado de esa estación de policía para la SE.

“Le dije que el proceso contra mí era una farsa, que presentaría una denuncia por detención ilegal y múltiples violaciones del debido proceso. Me dijo que revisaría el expediente pero que ya estaba archivado a esa hora. También afirmó que tenían fundamentos que le permitía afirmar que ASCE era "una organización contrarrevolucionaria que preparaba un golpe de Estado en Cuba". Le sugerí tener mucho cuidado con afirmaciones falsas y le dije que citaría sus palabras en las redes al explicar lo ocurrido. Se puso un poco nervioso pero no se retractó”.

Pasadas las 10 de la noche del 14 de junio, la académica cubana debió trasladarse por sus propios medios a su domicilio. En la mañana de hoy, realizó la denuncia en la Fiscalía Provincial, donde le aconsejaron nombrar un abogado que acompañe el proceso. “Dijeron que se ocuparían de investigar mi denuncia y revisar el expediente, y darían una respuesta lo más rápida posible.”

Con respecto a su lucha, aseguró que no descansará y que, el domingo próximo, 18 de junio, realizaría su acción cívica mensual y, además, se manifestaría por su derecho a la libertad de movimiento.

“Si SE manda a los oficiales de la PNR a detenerme ese día, quisiera pedirles que vayan a recogerme a la entrada de mi edificio, así me ahorro el motor. Tendré maletín preparado con todo para quedar detenida”, finalizó.

El Observatorio de Libertad Académica reitera su apoyo a la doctora Alina Bárbara López Hernández y exige le sea restituido su derecho a la libertad de movimiento. Asimismo, renovamos nuestro pedido de solidaridad a organizaciones internacionales, puesto que la postura decidida de la profesora desencadenará, seguramente, más represión por parte del régimen cubano.

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