Fecha de lanzamiento: 12 de junio de 2023

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El rector de la Universidad de Camagüey, Dr. C Santiago Lajes Choy y la Dr. C Yailé Caballero, directora de relaciones internacionales de esa institución, visitaron la Universidad de Guadalajara (UdG) como parte de una gira que realizan por centros docentes mexicanos.

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“Nuestra delegación visitó la Oficina de Cooperación Internacional de la Universidad de Guadalajara y se renovaron un convenio de colaboración marco y otro sobre movilidad estudiantil con esa institución”, según publicó la institución en su cuenta de Twitter.

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Como parte del periplo, los representantes cubanos sostuvieron un encuentro con las autoridades docentes del Instituto Mexicano de Estudios Pedagógicos, entidad con la que sostiene acuerdos desde hace más de 25 años.

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Además, “la firma de manera presencial de un nuevo convenio de colaboración entre la Universidad de Camagüey y la Universidad de América Latina (UDAL), de México, abrió la agenda de trabajo de nuestro rector el Dr. Santiago Lajes Choy, durante su segunda jornada de visitas a instituciones mexicanas”, anunció la casa de altos estudios camagüeyana.

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El periodista cubano José Raúl Gallego Ramos, quien fuera expulsado de esa universidad cubana, llamó la atención sobre la represión al pensamiento crítico en la institución camagüeyana y expuso cómo Lajes Choy ha propiciado el hostigamiento a profesores y alumnos que disienten.

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“Hoy está en la Universidad de Guadalajara el responsable principal de la represión en la Universidad de Camagüey a uno de los graduados de esa universidad mexicana. Que sepa la UdG, si no lo sabe, que está codeándose con represores sistemáticos de la libertad académica y derechos humanos elementales”, escribió en su perfil de Twitter.

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A continuación, el académico detalló las arbitrariedades cometidas en su caso, que fueron desde sanciones administrativas por temas políticos, hasta la expulsión definitiva como profesor del centro. Además, recalcó que la Seguridad del Estado, el Partido Comunista de Cuba y la rectoría de la Universidad de Camagüey, ejercieron presiones para expulsarlo de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y prohibirle trabajar en los medios de comunicación de su provincia. Esta situación condujo a su salida de Cuba. 

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Asimismo, Gallego denunció que la UC trabaja en contacto directo con la Seguridad del Estado (SE), teniendo asignado a un agente para que trate los casos de estudiantes y profesores que manifiesten abiertamente su descontento con el régimen. Además, este órgano represor de la dictadura monitorea de cerca y con la anuencia de la universidad las visitas de extranjeros a las instalaciones, a fin de conocer los detalles de cualquier intercambio “inadecuado” que pueda producirse.

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“Antes de incorporarme a la Universidad de Guadalajara en 2014 fui interrogado por el oficial de la Seguridad del Estado asignado permanentemente a la UC. El propósito de la cita era presionar para q comunicara cualquier expresión contraria al régimen entre profesores mexicanos. A mi regreso, nuevamente fui citado por un nuevo oficial de la SE (agente "Robin") quien me preguntó lo mismo. Este es un procedimiento que hacen con prácticamente todos los profesores cubanos que salen al exterior”, explicó.

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Sin embargo, el caso de Gallego Ramos es solo uno entre tantos que relatan cómo Santiago Lajes Choy ha puesto en manos del régimen el espacio académico de la Universidad de Camagüey, convirtiéndola en un lugar de “tolerancia cero” al pensamiento que disiente.

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La primera violación contra la libertad de pensamiento reportada en la “primera universidad creada por la revolución” es, quizás, la cometida contra Rafael Gabriel Almanza Alonso, en 1980. Estudiante de cuarto año de la Licenciatura en Economía, Almanza era el líder de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en su aula. En medio de la cacería de brujas desatada en la época, se manifestó contra las arbitrariedades del claustro, además cuestionó la rigidez de la aplicación de la teoría económica marxista en Cuba.

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Tras sus declaraciones, los estudiantes exigieron su expulsión, que más tarde fue cambiada por la pena menor de “separación de la enseñanza durante un año”. En ese tiempo, trabajó como estibador y distribuidor de libros en la universidad, sin percibir un salario por ello.  En 1982, culminó sus estudios en la modalidad de Curso por Encuentros y, pese a ser Título de Oro, estuvo al final del escalafón y fue ubicado en un puesto laboral que no le ofrecía posibilidades de superación.

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En 2009, el documentalista Eliecer Jiménez fue separado por dos años de sus estudios de Periodismo en la Universidad de Camagüey, luego de participar en el concurso audiovisual El Almacén de la Imagen, convocado por la institución artística paraestatal Asociación Hermanos Saíz (AHS).

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El material que realizó titulado Toilet-ando sin ganas, ponía al descubierto la pésima situación sanitaria en los baños de la institución, y le valió el acoso de estudiantes y autoridades del centro docente, aupados por el agente de la Seguridad del Estado encargado de monitorear esa universidad. Pese a las apelaciones presentadas, no pudo revertir su separación temporal de la carrera.

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Para 2012, cuando se reincorporó al centro para culminar sus estudios, recibió el hostigamiento de la profesora Flor de María Fernández, “quien le decía que mientras ella estuviera en la Universidad él no se iba a graduar y lo increpaba cada vez que se lo encontraba en los pasillos”, reportó el Observatorio de Libertad Académica (OLA). Luego de varias trabas, logró graduarse y se exilió en los Estados Unidos un año después.

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En 2019, el centro permitió la entrada de agentes de la Seguridad del Estado, quienes detuvieron arbitrariamente al estudiante de Arquitectura y Urbanismo Jorge Enrique Cruz Batista. El alumno, que fue trasladado al cuartel general de la fuerza represora en la provincia, sufrió torturas físicas y psicológicas por haber realizado pintadas antigubernamentales en el espacio universitario.

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Además, se estableció una medida cautelar de “Suspensión temporal de todos sus derechos como estudiante universitario por un término de 30 días hábiles”, por su participación en “hechos que atentaron contra los bienes del Estado y que además constituyeron una manifestación explícita contraria a nuestro proceso revolucionario”, según detalla el Observatorio de Libertad Académica (OLA).

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El pasado año, los directivos del centro de altos estudios expulsaron al profesor José Luis Tan Estrada. El joven, quien impartía clases de Comunicación Hipermedia y Lenguaje Digital, fue separado del claustro pues, en palabras del rector Santiago Lajes Choy, había roto “con la Revolución, y, por tanto, estaba rompiendo con la universidad, que es de los revolucionarios”.

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Violaciones de esta índole han sido reportadas por OLA a lo largo de 29 informes. De acuerdo con los reportes de la organización, la Universidad de Camagüey ocupa el cuarto escaño en la lista de centros docentes violadores de la libertad académica en el país, con más de una veintena de incidentes documentados.

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Por tal motivo, el Observatorio de Libertad Académica denuncia la renovación de convenios de colaboración entre la Universidad de Guadalajara y su homóloga camagüeyana, por considerarlo una validación de las violaciones sistemáticas que en materia de derechos educacionales y de pensamiento ha cometido el centro cubano.

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Asimismo, instamos a las autoridades académicas mexicanas a realizar una revisión exhaustiva de los acuerdos de intercambio con Cuba, a fin de evitar que precedentes de esta índole permeen la autonomía del espacio universitario de esa institución.

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