Manuel de la Cruz Pascual
El 8 de abril de 2021, el profesor Manuel de la Cruz Pascual fue citado para una reunión en su centro de trabajo, el Instituto Preuniversitario Urbano “Roberto Santiago Labrada Ávila”, ubicado en el municipio Cotorro, provincia La Habana. El encuentro, al que asistieron el director del centro y otros 11 trabajadores, tenía un solo motivo: tramitar la expulsión del profesor.
Manuel de la Cruz trabajaba desde septiembre de 2018 en ese centro docente como profesor de la asignatura Preparación Ciudadana para la Defensa. Esta materia incluye contenidos de comportamiento cívico, leyes y cuestiones de la agenda política nacional. En el momento de la expulsión se encontraba cursando además el segundo año de la carrera de Matemática en la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona” de La Habana.
Luego de la protesta del 27 de noviembre de 2020 frente al Ministerio de Cultura, en La Habana, protagonizada por artistas y jóvenes, Manuel de la Cruz comenzó a usar sus redes sociales para hacer denuncias de tipo político.
Aunque no lo supo hasta más adelante, desde ese momento estaba siendo observado con preocupación en su escuela e incluso crearon excusas para que no asistiera más a las guardias en el centro (cerrado en ese momento por la pandemia del coronavirus) por no resultar confiable.
La escalada de encuentros con la Seguridad del Estado y persecución política a Manuel de la Cruz comenzó cuando el 25 de marzo de 2021 publicó en su perfil de Facebook una crónica y unas fotos de su visita al artista plástico Luis Manuel Otero, líder del Movimiento San Isidro, por ese entonces ya considerado por el régimen cubano como enemigo político.
Pocos días después, de la Cruz recibió una citación para un interrogatorio en la estación policial del municipio Cotorro. El encuentro duró tres horas y las personas que lo ejecutaron se identificaron como oficiales de la Contrainteligencia que “atendían” el sector de la Educación. Luego se incorporó la teniente coronel Kenia Morales Larrea, oficial con un amplio historial de represión a artistas y activistas.
Como refirió de la Cruz a los medios independientes Yucabyte y Diario de Cuba, en ese interrogatorio lo amenazaron con que podrían expulsarlo de su trabajo como profesor.
Según dijo de la Cruz a Yucabyte, al día siguiente de este incidente el director de su escuela lo citó para una reunión a efectuarse el 5 de abril. Ese día se inauguraría una exposición de pinturas de Luis Manuel Otero que incluía una actividad para los niños del barrio en la sede del Movimiento San Isidro, en la cual de la Cruz se había comprometido a participar actuando como payaso.
Como se puede ver en la directa realizada por Otero, antes del comienzo de la actividad la cuadra se encontraba sitiada por oficiales de la policía política y una vez que el líder del Movimiento San Isidro y de la Cruz, vestido de payaso este último, salieron a entregar caramelos a los niños, fueron detenidos por oficiales vestidos de civil.
De la Cruz fue trasladado a la estación policial conocida como Aguilera, en el municipio Diez de Octubre, donde estuvo detenido hasta las 7:30 pm. Según mostró en una directa, fue liberado con una multa de tres mil pesos, por el supuesto delito de “propagación de epidemias”, a pesar de que incluso vestido de payaso llevaba puesta una mascarilla.
Ahí también resultó interrogado por oficiales de la Seguridad del Estado, quienes volvieron a mencionarle que podría ser expulsado de su puesto como profesor.
Tres días después de este suceso, cuando de la Cruz llegó el 8 de abril a su centro de trabajo, fue citado para una reunión junto a otros 12 profesores. El director le extendió para que leyera dos hojas en las cuales venía escrito que un Comité de Expertos e Idoneidad había determinado que el profesor de la Cruz “presenta pérdida de requisitos establecidos para el trabajo docentemetodológico en la enseñanza y en el centro, por lo que declaramos que no es idóneo para continuar en nuestra entidad”, ya que para impartir clases, y en especial en el tipo de asignaturas en que este trabajaba “se requieren convicciones, ideales patrióticos y ser revolucionarios”.
El documento estaba firmado por Fernando Dávila Meriño, director de la escuela; Yisel Corcho Alemán e Ismaris Fundora Alberto en calidad de testigos; y como miembros del Comité responsable de la expulsión rubrican Raymel Garrido Zamora, Cira G. Fernández, Yurina Hernández González, Ariel Tamayo Álvarez, Tania Estrada Novo, Belkis Rizo Llerena, Yunaisy Vier Guerra, Kenia Gutiérrez Millán y Victoria Nodal Surí.