Leidy Laura Hernández Naranjo
En noviembre de 2020, la estudiante Leidy Laura Hernández Naranjo fue expulsada del sistema de enseñanza para adultos por publicar un post en apoyo a un grupo de activistas que se encontraban en huelga de hambre en La Habana. Leidy Laura Hernández mantenía un refugio para animales afectivos abandonados en la ciudad de Santa Clara, Villa Clara. Esta fue su principal motivación para retomar los estudios y culminar el nivel preuniversitario en la Facultad Obrero Campesina “Mártires de Bolivia” con la intención de luego postular a la carrera de Medicina Veterinaria.
A pocos meses de Leidy comenzar la escuela, el 18 de noviembre de 2020, un grupo de activistas y miembros del Movimiento San Isidro se acuartelaron en una vivienda de la Habana Vieja para leer poesía y exigir la liberación del rapero Denis Solís, miembro de ese colectivo que había sido apresado arbitrariamente días atrás por discutir con un policía que penetró ilegalmente a su vivienda.
Entre los acuartelados se encontraban personas conocidas por la estudiante y cercanas al movimiento protector de animales. Esto, y la injusticia de la que estaban siendo víctimas por parte del Estado cubano que bloqueó el acceso al lugar, prohibió la entrada de alimentos y los hostigó obligándolos a declararse en huelga de hambre, hizo que Leidy rompiera su silencio político en sus redes sociales. Aun cuando disentía del régimen sociopolítico existente en el país, hasta ese momento Leidy publicaba fundamentalmente contenido personal y relacionado con el bienestar animal, ya que desde que abrió su refugio fue objeto de vigilancia por parte de la Seguridad del Estado, que amenazaba con cerrárselo.
El propio 18 de noviembre compartió en su perfil de Facebook un post de la protectora de animales Verónica Vega, cuyo esposo se encontraba entre los acuartelados, y en el que denunciaba que se encontraban sitiados por la Seguridad del Estado, que no permitía que se sumaran otras personas ni entraran alimentos. Dos días después, y ante la intensificación del asedio policial contra los activistas, Leidy publicó un post propio, acompañado de una foto enviada desde el lugar por la profesora Omara Ruiz Urquiola, quien se encontraba entre los acuartelados.
“Cómo mujer, animalista, pero sobre todo como CUBANA me es muy difícil quedarme callada o mirar hacia otro lado ante tanta injusticia. Tengo el gustazo de conocer personalmente a algunos de los que hoy se están manifestando POR TI - POR MI - POR NUESTROS HIJOS y me siento orgullosa de mi generación cuando veo tanto valor. GRACIAS Y MUCHA FUERZA”, escribió.
A la siguiente semana, al asistir a la escuela, Leidy fue llamada por la directora del centro a una reunión en la que se encontraban otros profesores y personas que nunca había visto en la facultad.
“La directora me dijo que por esa publicación no podía seguir en la escuela, por contradecir los principios ideológicos de la Revolución. Me sacó en cara el tema de la educación gratis y que yo había tenido con ellos una segunda oportunidad de estudio, que había perdido por mi postura política”, recuerda Leidy.
Esta arbitrariedad, aunque esperada, desmotivó a la estudiante que, sabedora del carácter político de la expulsión y negada a ocultar su forma de pensar, decidió no reclamar la medida.