Julio Antonio Fernández Estrada
Julio Antonio Fernández Estrada se graduó de la licenciatura en Derecho en la Universidad de La Habana en 1998 y realizó una segunda licenciatura en Historia que culminó en 2003. Con 30 años obtuvo el grado de Doctor en Ciencias Jurídicas, en 2005. En 2013 alcanzó la categoría docente de Profesor Titular. Entre otros reconocimientos, en 2001 obtuvo el Premio Anual del Rector de la Universidad de La Habana al profesor más destacado en la enseñanza a distancia (ver Imagen 1). En 2011 volvió a obtener este reconocimiento por la investigación sobre el Nuevo Constitucionalismo Latinoamericano, desarrollada junto a un colectivo de autores.
A pesar de su currículum, su buen desempeño laboral y de ser abiertamente un defensor y promotor de las ideas del socialismo y el comunismo, Julio Antonio Fernández sufrió acoso y persecución por motivos ideológicos dentro de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, en la cual ejerció como profesor de tiempo completo a partir del año 1999. Según el propio Fernández Estrada (2019) “Algunos pecados me perseguían desde 1993. Nunca fui militante de la UJC, nunca fui militante del PCC, nunca fui dirigente de la FEU, y todo esto era sospechoso porque yo donaba sangre, iba a las escuelas al campo, a trabajos voluntarios, a los Juegos Caribes, a los Festivales de Cultura. Pero no saltaba cuando me mandaban a saltar ni confundía la Revolución con sus cuadros de dirección anecdóticos”.
Varios de los cuestionamientos y señalamientos a Fernández Estrada fueron producto de no ajustarse a la verticalidad, la obediencia y la falta de iniciativa que caracteriza a la realización de actividades de tipo político en Cuba. Así lo ilustran algunos de los problemas que tuvo con los directivos de la Facultad de Derecho:
“Empecé a recibir una persecución más clara a partir de algunos sucesos. Por ejemplo, en 2003 cuando un grupo de estudiantes quisieron organizar una marcha en protesta a la invasión norteamericana a Irak. Yo los ayudé, se hizo un desfile por la plaza Agramonte de la Universidad de La Habana y aquello terminó en un proceso en el que fueron sancionados estudiantes del Comité Primario de la Unión de Jóvenes Comunistas y dirigentes de la Federación Estudiantil Universitaria. Recibí una advertencia, sencillamente por haber organizado un evento de forma espontánea.” (Fernández Estrada, 2020b).
En ese mismo año, Fernández Estrada ayudó a sus estudiantes a la realización de una revista-mural que nombraron El Islot,e en la cual plasmaban algunas de sus inquietudes y reflexiones.
“Cuando salió el primer número lo arrancaron y me citaron a un Consejo de Dirección de la facultad. Pusieron aquel pedazo de papel gigantesco en el medio de la mesa y analizaron los contenidos porque yo había sido el profesor que había alentado aquello como coordinador de primer año, porque eso era una actividad del proyecto integral de trabajo educativo que fue lo que yo argumenté en ese momento. Leí una carta donde explicaba cada uno de los contenidos de aquella revista, ya que se hizo un acto de censura inquisitorial horrible en aquel momento y nuevamente estuvieron a punto de sacarme de la facultad. Me dejaron sin poder ser profesor guía, hablaban con los estudiantes en privado cuando llegaban las votaciones para el premio Tiza de Oro al mejor maestro (el cual me otorgaron mis alumnos en seis ocasiones) para que no votaran por mí y los amenazaban cuando reclamaban sobre mis derechos” (Fernández Estrada, 2020b).