Hergues Frandín Díaz
En 2005, Hergues Frandín Díaz comenzó a trabajar como profesor en el Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Oriente (UO). Como parte de su labor en este centro impartió clases de Física en las carreras de Ingeniería Agropecuaria, Ingeniería Industrial e Ingeniería Informática, así como de Estadística en la licenciatura en Sociología, en la sede de Songo-La Maya perteneciente a la propia Universidad de Oriente.
Siendo profesor de este centro de estudios, Frandín Díaz se vinculó a la oposición política, llegando a ocupar el cargo de presidente del Municipio de Oposición en Songo-La Maya y Director de Programas del Centro de Estudios Estratégicos de la Democracia Proactiva, José Ignacio García Hamilton. Aunque en la Universidad de Oriente desconocían, al menos de manera oficial, de la militancia del profesor, sus posicionamientos políticos le valieron cuestionamientos dentro del claustro.
El primero de abril de 2011, al llegar a su puesto de trabajo, Frandín Díaz fue citado por el jefe de Departamento Mario Rizo Fernández, para una reunión extraordinaria que se efectuó en el laboratorio de Física III. En esta participaron, entre otros docentes, los profesores Dayana MacPherson y Félix Cumbá y la representante del sindicato de trabajadores. Su objetivo era informar al claustro la decisión de separar al profesor de la Universidad por sus actividades políticas. Según dijeron las autoridades, el día anterior recibieron la información de que una foto de Frandín Díaz había sido vista en un blog disidente donde se le identificaba como miembro de la oposición política al régimen cubano.
En el documento redactado por la rectora de la Universidad de Oriente, Martha del Carmen Mesa Valenciano, esta afirmó que el profesor había sido requerido “en reiteradas ocasiones por expresiones y análisis subversivos” y orientó que “de inmediato, cautelarmente y como aparece en el Reglamento Disciplinario, sea separado del área y de las aulas”. “En este sentido, las orientaciones son no tener ningún tipo de enfrentamiento ni verbal ni físico, evitando situaciones complicadas al respecto, pero no permitir su presencia en nuestras áreas”, pidió la rectora. Además, exigió el “necesario completamiento de caracterización de profesores, trabajadores y estudiantes, en aras de definir los líderes negativos” (Educación en Cuba, 2011).
Frandín Díaz les dijo que no estaban siendo coherentes con el slogan “Universidad para Todos” utilizado por el régimen en una campaña de extensión de la educación superior mediante el uso de la televisión. Agregó que la universidad no debía ser excluyente por cuestiones de afinidades políticas, sino que debía basarse en los méritos, capacidades y competencias profesionales de los profesores, en la formación de valores y la vocación de servicio a la comunidad.
Aunque en la reunión se formalizó de facto su separación del centro de trabajo, los documentos que oficializaban su expulsión no le fueron entregados hasta 30 días después.
El 4 de abril del mismo año, el profesor Frandín Díaz intentó, infructuosamente, reunirse con la rectora de la Universidad de Oriente, Martha del Carmen Mesa Valenciano. En medio de las evasivas, Hergues solo pudo decirle que no modificara el argumento esgrimido por ella de separarlo de su puesto de trabajo por “no reunir las condiciones de un profesor formado dentro de la Revolución”.
El mismo día logró entrevistarse con la decana de la Facultad de Ingeniería Mecánica, Aidee Ortiz Cruz, quien lo trató amablemente, pero insistió en que había cometido una indisciplina y debía esperar unos treinta días laborables para darle la notificación de su expulsión de la Universidad. Según la decana, Frandín había usado los medios tecnológicos de la Universidad para sus labores políticas.
“Esto era algo totalmente falso y que no pudieron demostrar. Incluso llevaron a un técnico especialista en informática que examinó minuciosamente todos los ordenadores y no encontraron ningún trabajo relacionado a mis actividades fuera de mis labores docentes. Buscaban alguna propaganda en contra del régimen, alguno de los documentos redactados por mí donde evidenciaba las atrocidades cometidas por funcionarios del gobierno o una copia de la demanda social que le fuera entregada a las autoridades del Partido y Gobierno en Santiago de Cuba y Songo-La Maya donde se les exigía el pago a unas cooperativas de producción agropecuaria que tenían más de seis meses de impago por sus producciones agrícolas. Pero no encontraron nada de eso. En realidad, solo buscaban un pretexto para incidir en el claustro de profesores y estudiantes y justificar mi expulsión”, comentó Frandín Díaz al Observatorio de Libertad Académica.
El profesor decidió no apelar la medida por considerar que, debido a su carácter político, no tenía ninguna posibilidad de éxito. Luego de esta expulsión, no pudo volver a trabajar empleado por el Estado cubano y continuó vinculado a la oposición política en la Isla.
El 16 de noviembre de 2016 salió del país hacia los Estados Unidos como refugiado político. Actualmente trabaja como responsable de una estación de scanner en una compañía estadounidense y forma parte de la directiva del Centro Global para la Democracia Proactiva, con sede en Miami.