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Discurso de Fidel Castro del 7 de julio de 1981

En su discurso del 7 de julio de 1981, pronunciado en el acto de graduación de 10.658 egresados del destacamento pedagógico universitario "Manuel Ascunce Domenech", en el polígono de Ciudad Libertad, Fidel Castro, presidente de la República de Cuba, señaló las principales características y cualidades del profesor universitario. Dentro de su discurso, cubrió temas que van desde la academia hasta la vida personal del cuerpo docente, argumentando la manera en la que se debería comportar y vivir un profesor universitario, de acuerdo a lo que él mismo denominó “moral comunista”. El discurso de Fidel no ha quedado, en ningún sentido, perdido en el tiempo, y es hasta el día de hoy, uno de los grandes referentes acerca de la regulación de la educación superior en la isla. Muestra de esto, es el artículo escrito el 13 de agosto de 2019, por Martha del Carmen Mesa Valenciano, Viceministra primera del Ministerio de Educación Superior. 

En su artículo, la Viceministra Mesa se encarga de establecer las pautas y requerimientos que rigen al cuerpo docente de todo el país, en quienes está, según ella, consignada la labor de reforzar los principios revolucionarios de la patria y de defender a ultranza cada paso que se da en la Revolución. Entre las líneas de su artículo, la Viceministra (2019), incluso, cita literalmente una de las afirmaciones que Fidel Castro pronunció en su discurso, diciendo: 

A decir de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz:


“En la escuela es el maestro, es el profesor quien concreta los lineamientos trazados por el Partido en la medida en que sepa dar cumplimiento a los planes de estudio, programas, indicaciones metodológicas y documentos normativos. El educador debe ser, además, un activista de la política revolucionaria de nuestro Partido, un defensor de nuestra ideología, de nuestra moral, de nuestras convicciones políticas. Debe ser, por tanto, un ejemplo de revolucionario, comenzando por el requisito de ser un buen profesor, un trabajador disciplinado, un profesional con espíritu de superación, un luchador incansable contra todo lo mal hecho y un abanderado de la exigencia” (Castro, 1981).

En su artículo, la Viceministra deja en claro que para ser profesor universitario, se debe ser un impulsor de la moral, los principios, la política y la ideología del Partido Comunista en Cuba. Esto supone que los profesores universitarios no gozan de autonomía o de libertad académica, en la medida en que deben estar alineados con los pilares ideológicos del partido para poder ejercer su labor docente. En suma, no se puede ser profesor universitario sin estar de acuerdo con los lineamientos políticos del régimen en el poder. Sin embargo, tanto el artículo de la Viceministra, como el discurso pronunciado por Fidel en el 81, resultan problemáticos. Ambos pronunciamientos constituyen proposiciones que incitan a la violación de derechos de libertad académica, que por años, han constituido las bases de la manera en que se regula y se imparte la educación superior en Cuba. Dentro del mismo discurso de Fidel, se encuentran algunas citas que hacen referencia a lo mencionado anteriormente, y que se relacionan, de manera negativa, con alguno de los derechos fundamentales alusivos a la libertad académica y la autonomía universitaria.


Derecho a la Libertad de Pensamiento, Conciencia, Culto o Religión:  

“Hasta los profesores que han trabajado tan arduamente, preparando los cursos, preparando los textos, perfeccionando el sistema, incluyendo, por supuesto, la consagración, el interés, el sentido del deber de los estudiantes que integraron estos contingentes y que acudieron —como recordamos— al llamado de la Revolución”

“Nuestros educadores tienen que ser ejemplos de la moral del socialismo y combatir resueltamente toda desviación que no esté acorde con los nuevos valores creados por la Revolución”

“El maestro debe ser un permanente estudioso del marxismo-leninismo, debe estar actualizado sobre el acontecer nacional e internacional. El educador tiene que ocupar los primeros lugares en la trinchera de la lucha ideológica contemporánea”

“El perfeccionamiento se materializa en la escuela con el trabajo del colectivo y del maestro; este con su inteligencia, su actividad creadora, su preparación cultural, su nivel ideológico”

“La disciplina no es un aspecto más del trabajo educativo, sino el resultado de su eficiencia. Se trabaja para lograr la disciplina consciente de los alumnos, es decir, para que el buen comportamiento y la buena conducta sean expresión de principios y convicciones de la moral comunista”

“La eficiencia externa se expresa en graduados capaces de continuar adecuadamente sus estudios, de integrarse al proceso productivo o a los servicios con plena capacidad y conciencia de su responsabilidad laboral y social; en su preparación científica y en su formación ideológica; es decir, en sus conocimientos, en sus habilidades y en sus actitudes; en su capacidad y en su disposición de servir a la patria donde sea necesario en cumplimiento de sus deberes con ella y con el principio del internacionalismo proletario”

“El profesor es uno de los principales auxiliares que tiene el Partido para la formación de la personalidad comunista de las nuevas generaciones”

Como se puede ver, el discurso de Fidel Castro está lleno de consignas ideológicas, que buscan hacer un llamado a la moral y personalidad comunista, así como a los valores socialistas de la Revolución. A través de sus palabras, Fidel Castro hace un llamado a los futuros profesores universitarios del país, y establece los límites ideológicos y políticos del ejercicio docente, uno totalmente cooptado por las ideas políticas del régimen y su ideología. Al establecer que es de obligatorio cumplimiento el hecho de que los maestros universitarios cubanos deban saber de marxismo y leninismo, y deban trazar la ruta hacia la formación de estudiantes cercanos y convencidos de la Revolución, se crean reglas en las instituciones cubanas de educación superior que conllevan actitudes de represión a la libertad académica y a la violación de derechos relacionados con el de Libertad de Pensamiento, Conciencia, Culto o Religión, reconocidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 18), el Pacto de Derechos Civiles y Políticos (artículo 18), la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José, artículo13), y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (artículo IV). Igualmente, se inhibe el ejercicio de la libertad de expresión e información reconocido en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 19), entre otros instrumentos.


Derecho a la Libertad Académica:


“El maestro está obligado, ante todo, a plantearse ante sí altos requerimientos morales, ya que no se puede exigir a los demás lo que él mismo no practica. Solo puede educar el que es ejemplo. Por ello, la importancia social que el Partido y el Estado le confieren al trabajo del educador” 

“Estudiar y promover es la expresión de una actitud ante el cumplimiento del deber con la Revolución. Esto es lo que esperamos y exigimos de nuestros estudiantes”

Asimismo, dentro del discurso de Fidel, se encuentran citas que encuadran la personalidad, el comportamiento, la ideología y las ideas políticas del profesorado cubano. Este hecho se hace evidente al hacer especial mención a la importancia de la ideología de los maestros, quienes en caso de discrepar con las ideas del régimen, o con los valores políticos del Partido, no podrían ejercer su labor como docentes. A su vez,  al encasillar el contenido de las clases, los valores y posturas ideológicas, propias de los profesores universitarios cubanos, se incurre en violaciones al derecho a la libertad académica, transgrediéndose el contenido del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (artículo 13), la Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 26), la Observación General N° 13 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Organización de las Naciones Unidas, el Protocolo de San Salvador (artículo 13), la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (artículo XII), entre otros instrumentos.

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