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Ariel Ruiz Urquiola

Ariel Ruiz Urquiola se licenció en Ciencias Biológicas por la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana (UH) en 1999. Culminó su doctorado en esa misma institución en 2009. Ejerció la docencia en el área de posgrado, aunque su desempeño como académico lo ocupó, básicamente, en la investigación científica.

 

Siendo, Ariel Ruiz Urquiola, estudiante de Biología en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de La Habana (UH), elaboró un proyecto conservacionista bajo la tutela de la Dra. María Elena Ibarra Martín, Profesora Emérita. El Proyecto P.E.P.E, Protectora de Especies en Peligro de Extinción, se  radicaría en la Sierra del Rosario, área con categoría de Reserva de la Biosfera, por lo que necesitaba la anuencia de la Agencia de Medio Ambiente, adscripta al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), no obstante, esta lo censuró. El veto, condujo a que Ariel iniciara una campaña de reclamación entre estudiantes universitarios que alcanzó las 5 000 firmas, e hizo posible, la revalidación del proyecto. Los órganos de la Seguridad del Estado monitorearon de cerca el proceso. Urquiola logró un fallo favorable pero la dilación condujo a la pérdida del presupuesto internacional para la ejecución del proyecto.

 

Asimismo, como estudiante, Ariel fue invitado a la Universidad de Alabama, en los Estados Unidos. El rector, Dr. Juan Vela, le negó la autorización de completar dicho beneficio aduciendo reglamentaciones del Ministerio de Educación Superior (MES), que impedían a los estudiantes de pre-grado viajar al extranjero. Otros estudiantes, contemporáneos con Urquiola, pudieron hacer parte de programas de intercambio fuera de Cuba, incluso en los Estados Unidos. En 1999, siendo el Vanguardia en Investigaciones de la Facultad, fue imposibilitado de ganar el Premio del Rector por no contar con el aval político necesario a pesar de sus méritos académicos.

 

Según narra el propio Ariel Ruiz Urquiola, durante su etapa de estudiante fue muy contestatario. Cuestionaba los métodos de enseñanza de la biología en Cuba, la destrucción del medio ambiente y el nacimiento del CITMA para justificar el uso de las playas, incluso las playas de anidación de tortugas marinas, para la construcción de hoteles. Eduardo Aneiros, quien por esa época era presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) en la Facultad de Biología, le confesó años después a un familiar de Ariel, que desde sus tiempos de estudiante este era vigilado por la Seguridad del Estado.

 

En 1999, Ariel Ruiz se graduó de la Universidad de La Habana con Título de Oro, sin embargo, le negaron quedarse como profesor en dicha institución por ser “un elemento no adepto a la política revolucionaria”. Esta situación se repitió en 2001 por no ser “políticamente correcto”, según afirmaciones de Urquiola, referidas por el medio cubano independiente, Tremenda Nota (Padrón, 2019). De esta manera, la universidad cubana, de naturaleza pública, muestra los condicionamientos políticos a los que está sometido. En violación al derecho a la libertad académica que debe ser el fundamento de la educación superior y soportado por varios instrumentos internacionales como El Pacto de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, entre otros.

 

En 2001, Ariel Ruiz comenzó a trabajar en el Centro de Investigaciones Marinas (CIM) perteneciente a la UH. Allí, comenzó su doctorado sobre tortugas carey y descubrió un conjunto de irregularidades que cometían instituciones estatales en la pesca de esta especie, protegida por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). “Ruiz Urquiola y su grupo de trabajo expusieron estos y otros resultados en un congreso internacional celebrado en Baja California, México, sobre la conservación y la biología de las tortugas marinas. (…) Los miembros de la comunidad científica que participaron en el congreso quedaron consternados. La reacción de varias organizaciones internacionales fue inmediata. Más tarde, Cuba se vio obligada a declarar el cese total de la pesquería legal de tortugas marinas en la isla”.

 

La exposición de estos hallazgos científicos fue considerada por el gobierno cubano como: “declaraciones de información confidencial que ponían en riesgo la política de pesca del país y dañaban la imagen del Ministerio de la Industria Pesquera de Cuba”. Esto provocó que la defensa de su doctorado fuera detenida por un año al no contar con el aval político requerido (Ruíz Urquiola, 2016). Solo una apelación ante la Comisión Nacional de Grado Científico permitió la realización del ejercicio académico, que culminó satisfactoriamente con la obtención de su título.

 

Después de la defensa de doctorado y bajo estricta prohibición de trabajar con especies de importancia pesquera para Cuba; en 2010, Urquiola fue beneficiario de un post-doctorado en la Universidad de Leiden, Holanda. Recibió, a su vez, otras invitaciones de universidades en Estados Unidos, incluida nuevamente la de Alabama. En todos los casos fue vetado por el PCC del CIM, destacándose en la argumentación censora su Secretario General, Maickel Armenteros Armas.  En una apelación a la Vice-rectoría de Investigaciones de la UH,  exigió notificación de censura permanente a optar por programas de superación en el extranjero, en caso que la hubiese. La Vicerrectoría falló a su favor, autorizándolo a optar en lo sucesivo por otros planes post-doctorales en el extranjero.

 

“A Ruiz Urquiola no le quedó otra alternativa que girar su lupa. Generó así otro proyecto investigativo, esta vez sobre la genética de los moluscos en la Sierra del Infierno, Viñales, con el que ganó una beca en la Universidad de Humboldt, Alemania. Creó un tándem con la profesora Georgina Espinosa y juntos impulsaron una plataforma colaborativa entre la Universidad de La Habana y el Consorcio de Ciencias Leibniz. Pero, al parecer, la burocracia cubana no olvidó lo ocurrido en Baja California y una vez más puso trabas que imposibilitaron el desarrollo del proyecto, el cual terminó diluyéndose” (Jiménez, 2018).

 

Estos procederes de instituciones y autoridades educativas cubanas violan el derecho a la libertad académica protegido en la Observación General Nº 13 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. “Los miembros de la comunidad académica son libres, individual o colectivamente, de buscar, desarrollar y transmitir el conocimiento y las ideas mediante la investigación, la docencia, el estudio, el debate, la documentación, la producción, la creación o los escritos. La libertad académica comprende la libertad del individuo para expresar libremente sus opiniones sobre la institución o el sistema en el que trabaja, para desempeñar sus funciones sin discriminación ni miedo a la represión del Estado o cualquier otra institución”.

 

La Recomendación relativa a la Condición del Personal Docente de la Enseñanza Superior, formulada por la UNESCO, plantea como uno de los pilares de la libertad académica: “la libertad de llevar a cabo investigaciones y difundir y publicar los resultados de las mismas” (UNESCO, 1997).

 

Dentro del CIM, Ariel Ruiz Urquiola, en sus palabras, fue sancionado laboralmente, y los problemas iniciaron en el mes de enero del año 2015. Silvia Patricia González, directora del CIM, le niega —por causas que desconoce— la posibilidad de trasladar a Alemania muestras de un proyecto científico de colaboración institucional que realizaba en conjunto con un centro de ese país. Esto conllevó a discusiones con la directora del CIM que terminaron en una sanción de traslado temporal a una plaza de menor remuneración por un término de seis meses. Fue acusado de cometer indisciplinas de carácter grave, consistentes en incumplimiento de plan de trabajo, desobediencia a las  orientaciones de sus superiores y maltrato de palabra a estos y a sus compañeros.

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