Ángel Delgado Fuentes
En mayo de 1990, Ángel Delgado Fuentes cursaba el tercer año de la carrera de Artes Plásticas en el Instituto Superior de Arte (ISA), cuando sufrió prisión por realizar un performance contrapuesto a los intereses de las autoridades políticas cubanas y, posteriormente, fue separado del sistema de enseñanza superior cubano.
La intervención se tituló “La esperanza es lo último que se está perdiendo”, y se presentó en la inauguración de la exposición “El Objeto Esculturado”, en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV). Aunque Ángel no estaba incluido en la nómina del evento, la frontalidad de su propuesta repercutió en los círculos intelectuales y artísticos que, desde mediados de los años ochenta, venían proyectando la confrontación a la ortodoxia ideológica del Estado.
Delgado terminó su acción performática y a pesar de que un curador de la institución le comunicó que estaba siendo vigilado por agentes de la Seguridad del Estado, hecho que constató a la salida del edificio, continuó con su vida normal en los días siguientes.
La exposición fue cerrada durante una semana por órdenes del ministro de Cultura, Armando Hart Dávalos. Luego reabriría, pero sin actividades teóricas ni acciones performáticas.
El estudiante había reiniciado ese año sus estudios universitarios en la modalidad de Curso por encuentros (CPE) al terminar el Servicio social donde impartió clases de artes plásticas a estudiantes de nivel medio en los internados radicados en zonas rurales de la provincia de Matanzas. Antes había cursado los dos primeros años académicos como alumno del Curso regular diurno (CRD), por lo que en 1990 matriculó directamente el tercer año.
En la noche del 10 de mayo la policía lo condujo a la sede central del Departamento de Seguridad del Estado, donde fue interrogado y torturado psicológicamente durante tres días para que confesara su pertenencia a algún grupo político opositor. Posteriormente, fue juzgado sumariamente y condenado a seis meses de reclusión con internamiento en el centro penitenciario Combinado del Este por el delito de Escándalo.
Al término de la sanción, en noviembre de 1990, el joven se personó en su facultad para realizar los trámites necesarios y dar continuidad al curso interrumpido por su encarcelamiento.
Sin embargo, Ángel fue recibido por el decano de la facultad, Raúl Navarro Padrón, quien le manifestó que nada podía hacer el claustro en su favor puesto que les había sido indicado que debían rechazar cualquier intento de inserción suya en el ámbito académico.
Navarro hizo alusión a una reunión con altos dirigentes, incluso ajenos al ISA, donde había quedado establecida la prohibición terminante de la permanencia del estudiante en el Instituto Superior de Arte.
Ángel no esperaba que se mezclara la censura política con la represión en el espacio docente. Decidió retirarse y no realizar ninguna apelación, ni siquiera optó por reclamar sus notas de asignaturas cursadas. Le había quedado claro que su participación en cualquier contexto docente en Cuba estaba vetada.
Tampoco tuvo opciones laborales acordes con su formación a pesar de ser graduado de la Academia de Bellas Artes San Alejandro y contar con experiencia como docente. Durante varios años sobrevivió comercializando sus artesanías en la Plaza de la Catedral.
También fue marginado del circuito expositivo nacional hasta ser invitado a exponer en Espacio Aglutinador (1996), galería independiente donde mostró parte del trabajo realizado en prisión. Luego incursionó en varias instituciones estatales, siempre bajo el escrutinio de los comisarios culturales oficialistas.
Progresivamente, su trabajo empezó a ser conocido y cotizado en el extranjero llegando a radicarse en México en 2005, y más tarde en los Estados Unidos.
Ha podido regresar eventualmente a la pedagogía artística, ya que algunos colegas lo invitaron a sus clases para ofrecer charlas a estudiantes en San Alejandro (2009) y en su antigua universidad, el ISA (2011).
Se mantiene exponiendo en espacios galerísticos y eventos asociados a la promoción del arte contemporáneo internacional y cuenta con el respaldo de críticos y curadores bien establecidos en el medio. Es de su interés el vínculo con los nuevos exponentes del arte comprometido con la libertad de creación en Cuba, para los cuales es un referente conceptual y ético.